El sector agrario andaluz, representado por ASAJA, COAG, UPA y Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, muestra su decepción, desesperación y enfado tras la celebración ayer de la Conferencia Sectorial de Agricultura, en la que el ministro de Agricultura, Luis Planas, ha dejado claro que las demandas de los agricultores y ganaderos andaluces no tienen cabida en su plan para la PAC.
Lejos de abrir la puerta al consenso, Planas "ha dado una patada hacia adelante" anunciando que el borrador del Plan Estratégico se someterá a un proceso de consulta pública a finales de noviembre, cuando el documento no está consensuado y es rechazado por Andalucía, entre otras regiones. El ministro desoye a los productores andaluces y declina incorporar medidas que puedan paliar el grave perjuicio que su propuesta de Plan Estratégico para la aplicación de la PAC va a generar en Andalucía, con pérdidas de hasta 180 millones de euros anuales. Es decir, si no se modifica la propuesta, la comunidad podría perder hasta 900 millones entre 2023 y 2027.
Por ello, para las organizaciones agrarias y cooperativas, la consulta pública es una artimaña para justificar que se han ignorado las propuestas que se han hecho en las mesas de negociación, dando la espalda al sector agrario y pretendiendo otorgar un valor democrático a una propuesta que no lo tiene.
Con el anuncio de ayer, Luis Planas da otro paso con su propuesta sin atender las demandas del sector agrario andaluz y traiciona a Andalucía una vez más al avanzar con un modelo que provocará un trasvase de fondos que perjudicará de forma directa a los agricultores y ganaderos que más han aportado al presupuesto de la PAC para España, reflejo del potencial productivo del campo andaluz.
De esta forma, el ministro niega el derecho al progreso y al futuro de los productores agrarios andaluces. Cabe recordar que el complejo agroalimentario es un motor socioeconómico fundamental para la región, que dinamiza el medio rural, genera más del 10% del empleo de la región y supera los 30.000 millones de euros de negocio. Se trata de un modelo sostenible y social que distribuye riqueza, genera empleo, gestiona territorio y fija población.
El Plan Estratégico Nacional de la PAC tiene que ser fruto del consenso y no una imposición ni una mera herramienta especulativa, y debe reconocer la colaboración y el reconocimiento del peso estratégico que tiene Andalucía, contemplando la realidad agraria de esta región y no mermando la rentabilidad del campo andaluz, que ya de por sí está comprometida por unos costes cada vez más elevados, por unos precios que merman la viabilidad y que, de persistir el planteamiento, dejaría a los agricultores y ganaderos andaluces fuera del proyecto medioambiental de la Unión Europea.
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