El extremeño Abel Mansilla, que es natural de la localidad pacense de Villanueva de la Serena y que está afincado en Sanlúcar de Barrameda, salió airoso del ‘Reto de 24 Horas sin Parar de Caminar’. Lo hizo por un acontecimiento benéfico, colaborar con la Junta Local de la Asociación España contra el Cáncer.
Los aplausos también me espabilabanPartió del Castillo de Santiago y regresó un día más tarde a este mismo lugar. Por la cabeza se le pasaron muchas cosas pero tuvo la satisfacción de contar con el apoyo de muchas personas. Al histórico monumento sanluqueño llegó cansado, exhausto, emocionado, ilusionado y siendo consciente de la proeza que había logrado. Recibió el aplauso de los presentes y lo que más le conmovió fue reunirse con su mujer Lola, su hija Cayetana, de 3 años, y su hijo Juan, de 6. Lola le recibió con un abrazo, mientras Cayetana y Juan mostraron con orgullo sendas pancartas de apoyo. No faltó la tarta porque cuando llevaba 14 horas y media caminando cumplió 37 años como tampoco un ramo de flores.
Abel Mansilla recorrió numerosas zonas de la ciudad y es que 24 horas dan para recorrer decenas y decenas de kilómetros. Tras acceder al Castillo de Santiago se arrodilló y con el pasado de los segundos fue recuperando fuerzas.
No dejó de reconocer que “he llegado bastante fastidiado porque sufrí calambres en la pierna izquierda y me molestaba la cadera . La madrugada ha sido bastante complicada porque sentí fátiga y llegué a vomitar. Utilicé dos protectores de estómago para cargar y tener más fuerzas”.
Recordaba que “ha sido la primera vez que he estado más de 24 horas sin dormir. Fue a partir de las 3 de la mañana cuando pasé el peor momento. El cuerpo te pide sueño y fue cuando empecé a mirar el reloj”.
Señala que “he llegado a subir dos veces la Cuesta de Belén y el Carril de San Diego. También hice un circuito por el Barrio Bajo y el Alto. Igualmente empecé a llanear. Cuando peor lo pasaba pensaba en mis hijos y en mi mujer. Los aplausos también me espabilaban y me quedo con otro momento, que fue cuando el cielo comenzó a clarear al día siguiente y veía la llegada más cerca”.
Cabe recordar que Abel Mansilla ya dejó claro días antes de afrontar este reto que se encontraba muy animado por el motivo por el que afrontaba esta exigente prueba, que era ayudar a personas y familias que lo están pasando mal. Notó el calor de muchos sanluqueños y de visitantes que se encontraban en la ciudad durante este fin de semana.
Una vez que se fue acercando la fecha ya se hizo a la idea de que tenía que realizar un gran esfuerzo. Ha entrenado con muchas ganas y más porque hay que estar bien preparadado para estar 24 horas sin parar de caminar.
Conoció la mañana, el día, la tarde, la noche la madrugada y de nuevo la mañana. Avanzó por zonas como Las Salinas, Las Marismas, Las Compuertas, el litoral sanluqueño y muchos lugares históricos. También quiso tener la puesta de sol como testigo.
Su objetivo fue, además de completar las 24 horas, que muchos ciudadanos colaboraran con la Junta Local de la Asociación Española contra el Cáncer. Una entidad sanluqueña que le estaré siempre agradecida a Abel Mansilla por el gesto que ha tenido y que le honra.
Sin lugar a dudas, el 37 cumpleaños que celebró en pleno reto no se le olvidadará jamás. Ahora toca descansar y más por el esfuerzo que ha realizado porque perdió varios kilos. Pero el esfuerzo bien mereció la pena y más por la causa.
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