Uno de cada cuatro hogares en la provincia será unipersonal en el año 2035, según la proyección elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y publicada el pasado 6 de octubre. El incremento con respecto a la cifra actual, 105.471, es de un 27,9%, y 29.402 en números absolutos.
Este fenómeno discurre parejo al paulatino e imparable envejecimiento de la población. En Cádiz, en los próximos quince años, los habitantes con más de 65 años sumarán un 53,5% más.
En el conjunto de Andalucía, con una subida menor, en torno al 48,5%, la cifra de hogares unipersonales con personas con más de 65 años seguirá creciendo, hasta representar el 41,5% del total.
La soledad es, a causa de estas tendencias, la otra pandemia a la que administraciones y entidades sociales. Si bien es cierto que se prevé un agravamiento en los próximos años, se han disparado todas las alarmas por la crisis sanitaria.
Según una encuesta online realizada durante el confinamiento por la Fundación la Caixa, la prevalencia de la soledad se situaba en el 54,04%, cifra al alza en comparación con la prevalencia detectada en un estudio similar realizado en 2018 que estimaba un 39,8% de soledad emocional (derivada del abandono o ausencia de personas queridas) y un 29,1% de soledad social (producida por el deseo de contar con alguien en caso de necesidad) en este colectivo.
Las consecuencias son un problema de salud pública, dado que puede provocar desde alteraciones del sueño y congnitivas, aumentando el riesgo de sufrir una demencia, a fomentar la aparición de enfermedades cardiacas. Diversos estudios han coincidido, asimismo, en apuntar que la soledad puede afectar al cerebro de la misma manera que el dolor físico.
“Hay una transición en un momento determinado, a una edad, en la que se pasa de tener una vida plena, con objetivos, a la inactividad por jubilación, porque los hijos se independizan o porque se han descuidado las relaciones”, explica la pedagoga Rocío Vera. Para afrontar los perjuicios de estas circunstancias, la Fundación la Caixa puso en marcha el proyecto Siempre Acompañados, de cuyo equipo forma parte Vera. “El objetivo es impulsar las relaciones de apoyo y bienestar entre las personas mayores a través de una intervención que empodere a las personas, comprometa a la comunidad y sensibilice a la ciudadanía para prevenir y paliar las distintas situaciones de soledad”, detalla respecto a su trabajo.
El programa plantea actuar desde el nivel más micro, las situaciones particulares que viven los individuos, hasta el nivel más macro, aportando un marco de organización y relaciones en la comunidad para prevenir y dar respuestas a las situaciones de vulnerabilidad de los mayores. “Las personas son el centro de la intervención”, remarca. “Reconocemos y confiamos en sus capacidades para el afrontamiento de su situación de soledad y acompañándola en el proceso para hacerlo”, agrega. Según el estudio La soledad en las personas mayores: prevalencia, características y estrategias de afrontamiento, dirigido por el doctor Javier Yanguas para la fundación, “existe una relación consolidada entre la satisfacción, la vida plena y la soledad con un patrón de funcionamiento claramente definido: intensa relación entre la satisfacción con la vida y la soledad, la vida plena y la soledad y diferencias estadísticamente significativas entre los sujetos con una vida satisfactoria y/o plena y sus sentimientos de soledad”.
De ello concluye que “intervenir para ofrecer herramientas a las personas con el objetivo de forjar una vida con significado parece una intervención ineludible, como elemento que puede minimizar las situaciones de soledad y ayudar a su gestión”.
Para llevar a cabo esta misión de forma exitosa, Vera señala la importancia de la colaboración e implicación de los diferentes agentes de la comunidad, administraciones públicas, entidades del tercer sector y ciudadanía, y la generación de respuestas a partir de sus recursos. Es clave que se impulsen, asimismo, acciones que informen y sensibilicen acerca de la importancia de tener unas buenas relaciones interpersonales y sobre el fenómeno de la soledad.
Al respecto, Jerez ha lanzado recientemente, gracias a un convenio entre la Fundación la Caixa, Ayuntamiento y Cruz Roja, la acción Llama a la puerta para involucrar a la ciudadanía y captar voluntarios, detectar situaciones de soledad y poner en valor la labor de la entidades que trabajan en el territorio.
Esta acción se enmarca en el proyecto Siempre Acompañados que se lleva a cabo en la localidad desde 2018. Según la nota distribuida a los medios de comunicación el pasado 1 de octubre, coincidiendo con el Día Internacional de las Personas Mayores, en el municipio se han atendido en los dos últimos años a 24 ancianos, ha realizado actividades de sensibilización llegando a cerca de 1.600 personas y cuenta con la implicación de 20 voluntarios y 44 entidades en la zona Serrana-San Benito y Zona Sur.
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