Sanlúcar acogió la concentración anual de los aficionados a las motos clásicas. Esta convivencia tiene una gran relevancia por la gran consideración que se le tiene debido a su magnífica organización y a la calidad que se le ofrece a los participantes.
En esta ocasión la afluencia fue sido algo menor que en ediciones anteriores. Ha habido otros eventos que le restaron afluencia, como el Campeonato del Mundo de Superbikes de Jerez y el hecho de que el martes 18 sea festivo en Sanlúcar y muchas personas lo haya aprovechado para hacer un pequeño periodo de descanso fuera de la ciudad. A pesar de todo se contabilizaron unas setenta motos clásicas y sobre 100 participantes. El recorrido fue el previsto y sin ninguna novedad. Lo mismo que todas las paradas donde todos los anfritriones demostraron un altísimo grado de generosidad y se volcaron una vez más con todos los motoristas participantes.
En el Bar Benítez se realizó el desayuno aportando esta empresa la consumición pedida. Lo realizado por este establecimiento tiene un valor añadido ya que se descansa los domingos y este año no han dudado en abrir para poder satisfacer el compromiso adquirido desde hace años. La segunda parada fue en Bar Barbiana donde tanto los dueños como su gerente, Rafael Barbadillo, hacen un enorme esfuerzo para ofrecer lo mejor de su establecimiento donando un magnífico catavino a la moto más antigua que reúna todos los requisitos legales para poder circular. Fue para una Lambretta de 125 de 1957, propiedad de Alberto Montaño Ibáñez. La última fue en el Centro Ecuestre La Arboleda, donde su director, Carmelo Cuevas, realizó un magnífico trabajo de más de una hora de duración. Terminó la jornada con un almuerzo y la entrega de trofeos.
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