En lo que va de 2012, la Comisaría Nacional del Cuerpo de Policía de Sanlúcar ha registrado un total de 145 denuncias relacionadas con violencia de género, esto es, la que se desarrolla en el ámbito doméstico y en la que, en todos los casos, la mujer es la víctima y el hombre el agresor. La cifra indica los nuevos casos detectados hasta el pasado fin de semana en la localidad. A este dato hay que añadir otra veintena de denuncias, correspondientes a aquellas víctimas que ya denunciaron con anterioridad y que suponen un caso abierto en el sistema informático con el que trabajan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, coordinadas en la lucha contra la violencia de género, sobre la que este domingo se celebra el Día Internacional para su erradicación. El año pasado la cifra fue de 143 denunciantes, lo que podría suponer a final de año un ligero repunte en el número de víctimas.
Como consecuencia de estas denuncias, un total de 110 hombres han sido detenidos este año acusados de un delito de violencia de género. El mes en el que se registran más casos es en septiembre, tras la vuelta de las vacaciones de verano.
No existe un prototipo de mujer maltratada. Las características de las mujeres víctimas de violencia doméstica cambian en cada localidad. En Sanlúcar, en el último año, se ha detectado un aumento de las víctimas menores de 30 años. A nivel nacional, este dato se refleja en que 1 de cada 3 denunciantes es menor de esta edad. La mayoría de las mujeres que actualmente se encuentran con vigilancia policial a consecuencia de haber sufrido maltrato tienen entre 30 y 40 años, un tramo de edad muy inferior al que se registraba hace unos años. Los casos de menores víctimas de malos tratos son escasos y “suelen resolverse rápido”, se disuade al agresor. Tampoco existe un determinado nivel socio cultural que englobe a la mayoría de las víctimas, aunque los agentes de la UPAP destacan que, a menor nivel cultural, son más las mujeres que acuden a denunciar. La mayoría de las víctimas se encuentran en un nivel de riesgo bajo - medio.
MIEDO A CONTINUAR
En Sanlúcar, cinco agentes de la Policía Nacional están centrados en los delitos por violencia de género. Son miembros de la Unidad de Prevención, Asistencia y Protección (UPAP) a las víctimas Su trabajo se extiende los 365 días del año, las 24 horas. “ Ella sabe que estamos disponibles para lo que le suceda, con sólo llamarnos acudimos”, señala Alfonso Flores, uno de los agentes de la UPAP.
Pero la clave de su éxito, de que apenas existan casos de riesgo ‘extremo’ registrados en la localidad, radica en su trabajo de prevención tanto con la víctima como con el maltratador a quien informan de a qué se exponen. De ahí que muy pocas de estas denuncias conlleven el ingreso en prisión del presunto agresor. En lo que va de año sólo dos agresores han entrado en la cárcel “pero no directamente por la denuncia presentada”. Uno de los casos se produjo por el apuñalamiento a la víctima y, el otro, ha sido dictado por el juez como consecuencia del incumplimiento reiterado del pago de la pensión alimenticia a la víctima. “Es importante señalar que no acaban en prisión porque este hecho lleva muchas veces a las víctimas a no denunciar o, si lo hace, retirar la denuncia o declarar algo distinto en el juicio por el temor a que la pareja ingrese en prisión”.
El trabajo de los agentes de la UPAP (activa en Sanlúcar desde 2003 y que en el último año ha visto incrementada su plantilla, pasando de dos a cinco agentes) comienza una vez la víctima denuncia al agresor, se realiza un estudio de valoración policial de riesgo (VPR) y queda registrada en un sistema informático que, a nivel nacional, incluye a todas las víctimas de violencia de género. Aquí comienza el protocolo judicial, en el que en la mayoría de los casos el juez -en Sanlúcar el juzgado número 4 es el encargado de los casos de violencia de género- dicta la orden de alejamiento sobre el agresor. A partir de ahí, los agentes de la UPAP se entrevistan con la víctima y también con el agresor y realizan un seguimiento personalizado de cada caso. La clave en la lucha contra la violencia de género, apuntan los agentes de la UPAP de la Comisaría de Sanlúcar, sigue siendo denunciar. “Si no no podemos actuar”. “Es muy difícil que la mujer de ese paso, que acuda a una comisaría a denunciar a su pareja”, añaden. Aquí, el papel de familiares y amigos es clave.
La principal preocupación de la mujer, una vez ha formalizado su denuncia, es el miedo a continuar con su vida diaria. De ahí que en la asistencia a las víctimas la Policía trabaje conjuntamente con el equipo de profesionales del Centro Municipal de la Mujer, donde existen especialistas encargadas de la atención psicológica y jurídica a la víctima.
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