Los tradicionales navazos, huertos excavados en la arena que a finales del XIX se extendían por gran parte del litoral gaditano, están a punto de desaparecer. Tan sólo se conservan algunos en Sanlúcar, localidad donde mayor desarrollo alcanzaron. Por este motivo, una de las resoluciones adoptadas por los ecologistas en la XIII Asamblea provincial de Ecologistas en Acción de Cádiz, ha sido declarar los navazos de Sanlúcar como patrimonio agrícola y cultural.
Durante los últimos 15 años, tanto la Asociación de Consumidores y Productores de Agricultura Ecológica ‘La Borraja’ de Sanlúcar y los miembros de Ecologistas en Acción han venido solicitando la protección de los navazos, mediante su inclusión en los instrumentos de ordenación territorial -Plan general de Ordenación Urbanística (PGOU) y el Plan de Ordenación Territorial de la Costa Noroeste (POT)- proponiendo fórmulas de uso como huertos sociales, aunque con “escaso éxito”.
Tras reunirse la semana pasada en Sanlúcar, los ecologistas han vuelto a hacer una llamada urgente a la sociedad y a las administraciones para evitar que desaparezcan los últimos navazos y la ‘cultura navacera’ a ellos asociada. Con este propósito consideran necesaria su declaración como patrimonio agrícola y cultural y la ampliación de la zona de protección litoral en la franja entre Bajo de Guía y Bonanza, donde aún se conservan algunos navazos ‘de marea’. Al mismo tiempo, el colectivo defensor del medio ambiente solicita que se de a los navazos un uso social, recuperando su manejo tradicional y ecológico.
HISTORIA
El origen de los navazos se remonta al siglo XVI. Sus taludes de arena, “bardos”, protegen a los cultivos de los vientos, actúan como “paneles solares” calentando el navazo, y albergan una rica diversidad de flora y fauna (entre las que se cuenta de forma abundante el Camaleón común -Chamaeleo chamaeleon-). En el caso de los navazos de marea, el fondo del huerto dividido en cuatro partes, “cuartelás” se nivelaba con precisión para que, al ritmo de las mareas, el navazo se regase solo. Estos agrosistemas tradicionales casi han desaparecido y sólo se conservan algunos en Sanlúcar, si bien a partir de los años 70 gran parte de los navazos se transformaron en invernaderos, los acuíferos litorales se sobreexplotaron y contaminaron y la especulación urbanística ha llevado a sepultar bajo el cemento a muchos de ellos convirtiéndolos en pisos, calles o aparcamientos.
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