Jerez

“Tenemos que cambiar la cultura del poder por la del trabajo”

El PSOE le dio su primera oportunidad en 2003. Nueve años después, la joven alcaldesa se siente preparada para iniciar nuevos retos y retornar las siglas del PSOE a su lugar de origen, pero adaptadas a las demandas de la sociedad

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  • Irene García

apenas descansa un segundo en estos días, tras conocerse la noticia de que será la alcaldesa de Sanlúcar la que encabezará la lista del sector renovador de la provincia de Cádiz para aspirar a la secretaría provincial en el congreso del próximo 14 de julio. A primera hora de la mañana, montada en el coche que le lleva de camino a un acto de trabajo,  Irene García atiende a Información y comienza a dar a conocer en esta entrevista las claves de la propuesta de futuro que defiende para su partido. El PSOE le dio su primera oportunidad en 2003.

—Finalmente será candidata a secretaria general por el sector renovador. ¿Es lo que usted quería?
—Es lo que querían los compañeros del partido y así se trasladó ayer –por el viernes-después de una reflexión personal que hemos tenido tanto Chiqui (Manuel Jiménez Barrios) como yo, donde hemos valorado lo que era más importante para que primara el proyecto que habíamos liderado y abanderado en los últimos meses.  Para mí es un honor representar a la cantidad de hombres y mujeres, socialistas de mucho tiempo, que han decidido que sea yo la que encabece este equipo.
—Usted es griñanista. ¿Hasta qué punto le ha beneficiado o perjudicado el apoyo del presidente?
—En ningún momento es perjudicial decir que se apoya al secretario general de Andalucía. Lo que creo es que es un error precisamente es el desencuentro que ha existido durante todo este tiempo, aunque no ha sido la tónica general. Después del congreso donde Pepe Griñán fue elegido secretario general, es cuando ha existido un desencuentro, entendemos, equivocado y desacertado porque hemos perjudicado a los ciudadanos a la hora de resolver conflictos delicados en una situación tan compleja como la que vivimos.
—La otra corriente denuncia estar usted tutelada...
—Con lo de las tutelas no sé a qué se refieren. Cuando se habla de respeto, de diálogo, de acuerdo con la comisión ejecutiva regional, no se habla ni de tutela ni de seguidismo. Lo que hemos demostrado es que incluso el nombramiento de la persona que encabeza la candidatura se ha hecho de una forma autónoma, pensando que es lo mejor para la provincia de Cádiz y no pensando en otras cuitas internas. Las tutelas hay que barajarlas en otro sentido. Podíamos pensar lo mismo de las personas que son alternativa hoy. ¿Por parte de quién están tutelados?  Lo que sí es cierto es que tutela no significa apoyo, respeto y compartir un proyecto, que eso sí es lo que tenemos los socialistas que hoy nos presentamos en este grupo.
—El debate ha sido intenso y esta semana se han producido muchos encuentros. ¿Qué ha primado para que hubiese acuerdo entre su opción y la de Jiménez Barrios?
—Chiqui y yo formamos un buen tándem porque compartimos elementos muy importantes y necesarios para la política de hoy. Compartimos una carrera muy honesta, dentro de un trabajo que ha sido respaldado de los ciudadanos. Compartimos elementos que hacen fuerte el proyecto. Por un lado, lo fresco, lo nuevo, que pueda significar mi imagen, de una persona joven que se incorpora con ideas para transformar nuestras ideas en realidades y cercanía a los ciudadanos, pero equilibradas con la experiencia, el sosiego y la madurez que puedan aportar Chiqui y otras personas del equipo. Esto es lo que hemos valorado y lo que marcará el futuro si el 14 de julio tenemos el apoyo mayoritario de todos los delegados y delegadas.
—La renovación en política es últimamente un término muy usado. Dígame qué representa para usted...
—Hay que entender que desde hace algún tiempo llevamos adoptando posturas de desapego con la sociedad. Nuestros mensajes no terminan de llegar a los ciudadanos, y probablemente, dentro de los valores que siempre nos han identificado y que son claros y evidentes dentro de nuestro propio partido, hay que saber trasladarlos a una sociedad que ha cambiado, una sociedad moderna, con muchos problemas, Estructuralmente tenemos que adoptar caminos distintos a los actuales, que nos han llevado a una crisis muy grave y por tanto, la renovación tiene que pasar no sólo por caras sino por ideas y formas de trabajar. La renovación es promulgar una nueva cultura de partido, que es lo que promulgamos. Sustituir todos los males actuales, que nos han llevado a una cultura de poder y cambiarla por un nuevo modelo que provoque la cultura del trabajo, que es la que debería haber existido siempre dentro del partido y que, a día de hoy, ha desaparecido.
—Digamos que su corriente aglutina dos generaciones distintas. Sucede lo mismo en la otra. ¿Me lo explica?
—No son dos generaciones, sino muchas generaciones. El partido tiene que representar a la sociedad en la que hoy nos movemos. Y en la sociedad no solo hay gente con determinadas edades, sino que existen personas de distintas generaciones, formas de pensar las cosas. Por tanto el partido tiene que ser un escenario en el que se refleje la sociedad en la que vivimos. Creo que además es un error manifiesto no conjugar la experiencia, la sabiduría y, sobre todo, por justicia, el trabajo de muchísimos socialistas que han trabajado para solucionar los problemas de muchísima gente. Detrás de nosotros hay una marca centenaria que necesita de gente que sea capaz de buscar ese equilibrio entre todos y cada una de las generaciones que caben en el partido.
—El 14 de julio la foto será la de Rafael Quirós e Irene García. ¿Qué diría desde ahora a los delegados que deberán votar una opción u otra?
—En primer lugar les diría que tuviéramos un juego limpio, que es importante trabajar con claridad. Y, sobre todo, a sabiendas que hay dos proyectos muy evidentes: un proyecto continuista y un proyecto que se presenta como el cambio y que lo que pretende es trasladar esa cultura que le hablaba del trabajo, del optimismo y positivismo en la defensa de los compañeros y compañeras, primando el mérito y la capacidad con la cultura del emprendimiento destacando un elemento que a mi me parece importante y es que los socialistas que estamos en este grupo defendemos comportamientos éticos coherentes con nuestro valor y defendiendo la sociedad que ha hecho siempre que el partido sea un partido distinto.
—¿Cambiaría muchas cosas en el planteamiento orgánico provincial de su partido de ganar el congreso?
—Sí. El proyecto que presentamos es bastante renovador tanto en ideas como en formas de trabajar, porque hay que encaminarlo hacia el trabajo. Y para ello hay que crear estructuras modernas de reparto de tareas entre los compañeros y compañeras. Para eso queremos hoy dividir el partido en tres grandes áreas, una de organización, donde se trabaje la propia estructura de las organizaciones municipales, donde tengan cabida un nivel de participación importante de los militantes de cada una de las agrupaciones; otra área dirigida a las relaciones institucionales y de coordinación con otras administraciones. Y luego tiene que haber un área política que marque las estrategias a seguir, las prioridades, que nos marque el camino, para que sea el área con el que todos nos sintamos identificados para unificar un mensaje y mandar un mensaje de confianza a los ciudadanos que nos están esperando.
—¿Hay que abrir las puertas? ¿Han estado abiertas? ¿Caben todos dentro?
—Las puertas creo que no sólo hay que abrirlas sino que tiene que existir muchísima transparencia, participación y una situación cómoda el buen ambiente orgánico entre los compañeros, donde se recupere el respeto hacia todos y cada uno de ellos, y que eliminemos los insultos y los desprestigios innecesarios de nuestros rivales cuando, además, son compañeros. Hay que cambiar totalmente la dinámica de trabajo y estar más atento de las preocupaciones de la gente.
—¿Se siente favorita?
—No es cuestión de sentirnos favoritos o ganadores. Hay que trabajar y hablar con todos los compañeros delegados. De hecho, a partir de la próxima semana hemos preparado un documento para que sirva de debate y que queremos que se complete con las aportaciones que hagan nuestros compañeros a ese proyecto definitorio. Lo que sí es cierto es que cada vez se palpan más las ganas de cambio. La provincia y nuestros compañeros abogan cada vez más por un cambio en las formas, en los estilos, en lo que digamos y cómo lo digamos. Sobre todo porque en muchas ocasiones se sienten solos a la hora de defender proyectos locales y ganarse la confianza de los ciudadanos.
—Una de las claves puede estar en Chiclana...
—Es un municipio muy importante, eso no escapa a nadie pero que se suma a otros municipios que pueden ser importantes de cara a este congreso. En esta ocasión todos y cada uno de los delegados representan lo mismo y tienen que tener la misma importancia y no darle ese apoyo sería un error de partida que no vamos a cometer.
—¿Le han decepcionado personas en este proceso?
—Quienes me conocéis sabéis bien que vivo la política con pasión y eso hace que a veces se lleve a un nivel personal. Pero han sido muchos más los elementos positivos que los negativos. Cada uno será coherente y consciente de sus actos de aquí al futuro y, por tanto, también serán presos de sus palabras. Si es cierto que se han hecho muchas declaraciones y afirmaciones en contra de mi persona que no sólo han sido desafortunadas sino injustas porque son mentira.
—De ganar la secretaría general, ¿siente que hay equipo para compatibilizarla con la alcaldía de Sanlúcar y la portavocía en Diputación?
—Sin ninguna duda. Si algo me ha llevado a sentirme con libertad para poder trasladarme a esta aventura y hacerlo, además, en primera línea, es porque Sanlúcar cuenta con un magnífico equipo con el que yo voy a seguir trabajando compatibilizando los tiempos y los horarios como he hecho hasta ahora, pero es cierto que Sanlúcar tiene un buen equipo como ocurre también en Diputación, donde hay un grupo de diputados y diputadas que tienen ganas y que están haciendo un gran esfuerzo para hacer un buen trabajo y que la Diputación se convierta en una referencia provincial.
—¿Le preocupa que pueda apreciarse por parte de la ciudadanía una sensación de alejamiento por esas labores que tiene encomendadas en el partido?
—Muy al contrario. Creo que esto es bueno para Sanlúcar, para los socialistas sanluqueños, para la ciudad y sus ciudadanos. Que su alcaldesa esté en puestos de responsabilidad permite en muchas ocasiones ahondar en cuestiones necesarias para Sanlúcar y, sobre todo, introducirnos dentro de un programa provincial en el que jamás hemos estado. Esto nos permite abrir nuevas vías de comunicación, de diálogo con otros municipios, de aprendizaje de otras experiencias, que siempre es bueno para una ciudad.
—¿Las guerras internas debilitan o hacen más fuerte al partido?
—El debate interno, que no guerra, siempre es positivo si se enmarca en lo que dice la palabra, en lo interno, pero negativo si lo trasladamos a la parte pública. Creo que a los ciudadanos le importa bien poco la forma de trabajar o las discrepancias internas que tengamos dentro de un partido.
—Rafael Márquez, Juan Carlos Ruiz Boix, Fernando López Gil y usted representan la nueva generación del PSOE gaditano. ¿Qué han de hacer para volver a conectarse con la sociedad?
—La provincia de Cádiz tiene muchos más nombres que le faltan, y además, muchos más nombres de mujeres que habría que introducir en esa lista. Lo que hay que cambiar es trabajar por canalizar todas esas demandas que tienen los ciudadanos, traducirlas en acciones nuestras y no estar desconectados. Para eso es muy importante un diálogo continuo con la sociedad y para eso no es sólo importante que la estructura final del partido sea de trabajo encaminada a mantener un diálogo continuo con los ciudadanos, conocer sus inquietudes, las demandas de los colectivos sociales, el apoyo a los sindicatos en cuestiones laborales, de guía y apuesta porque los empresarios generen empleo y encuentren en nosotros un partido serio y responsable que le abra cauce para esa generación de empleo. Todo ese esfuerzo que tenemos que hacer en conexión con los ciudadanos es lo que terminará abriendo lo que siempre hemos sido, que el PSOE se convierta de nuevo en el partido de la gente, porque sigamos siendo gente.
—No todos la conocen y muchos tal vez tengan una imagen equivocada de usted. ¿Cómo se definiría?
—Es complicado hacer una definición sobre mi misma. Quienes me conocéis sabéis que soy una persona bastante humilde, que sólo me motiva trabajar por el interés general. Mi incorporación a todos los espacios que he tenido oportunidad de compartir, por generosidad de mucha gente, se traduce en trabajar por el bienestar de la gente allá donde se encuentre y, sobre todo, priorizar. Elementos tan importantes como buscar soluciones a todos los ciudadanos están por encima de cualquier otra cuestión. Intento ser ejemplo de honestidad, humildad y generosidad.
—Mensaje final...
—Chiqui dio ayer  -por el viernes- un ejemplo a todos los socialistas de la provincia de muchísima generosidad y de una capacidad importante de compartir espacios porque en este lugar cabemos todos.

 

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