Abel Mansilla, atleta extremeño afincado en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda, prepara un nuevo reto, el de subir por sus escaleras los cinco edificios más altos del mundo, un desafío personal para el que se encuentra en búsqueda de financiación y con el que pretende recaudar fondos para destinarlos a iniciativas solidarias.
Mansilla, entrenador personal de profesión que desde hace dieciséis años vive en Sanlúcar, tiene localizados en cuatro países, entre Asia y Oriente Medio, los cinco edificios mas altos de mundo, que son el Burj Khalifa, de 828 metros de altura y 163 pisos, en Emiratos Árabes Unidos; el Merdeka (Malasia), con 679 metros y 118 pisos; la Torre Shangai (China), de 632 metros y 128 pisos; el Abraj Al-Bait (Arabia Saudí), con 601 metros y 120 pisos; y el Ping An Finance Center, de 599 metros y 115 pisos, también en China.
Ante la dificultad que tiene por delante debido a la envergadura del reto y tras varios meses en la búsqueda de mecenazgo, Mansilla declaró a Efe que "lo complicado no es subir" los edificios, sino "encontrar quién patrocine" la propuesta.
El atleta, que ha contactado con diferentes empresas de primer nivel relacionadas con el patrocinio deportivo, lamentó que haya marcas que "busquen deportistas conocidos", y reconoció que él no lo es, por lo que hasta el momento ha obtenido respuestas "negativas".
Mansilla, desde hace dos años, ha desarrollado otros retos solidarios en apoyo a la lucha contra el cáncer, para los que ha logrado recaudar unos trece mil euros a través de donaciones.
"Es muy gratificante luchar por ayudar a los demás", admitió el deportista nacido en Villanueva de la Serena (Badajoz), quien añadió que "mientras más complicado" es el desafío, más le "gusta".
Entre estos retos, algunos han consistido en andar durante veinticuatro horas seguidas sin parar, como el que hizo primero en 2021 en Sanlúcar o este año repitió por segunda vez en la isla canaria de Fuerteventura.
En sus recorridos fue acompañado por un sanitario de apoyo y por deportistas que se incorporaron al trazado, por lo que "nunca" estuvo solo y "siempre llevaba al lado alguien", señaló Mansilla.
Además de la preparación física previa para afrontar un recorrido tan largo, el atleta asume un calendario preciso de alimentación, desarrollado por una nutricionista.
"Llevas el alimento preparado en bolsitas y el agua justa, además de sales minerales", relató Mansilla, que en estos retos extremos comenzó a sufrir un "bajón" pasadas "dieciséis o diecisiete" horas de recorrido, debido principalmente a la alteración del sueño.
Además del desafío personal de los edificios más altos del mundo, Abel Mansilla prepara para 2023 su tercer reto de ayuda contra el cáncer, en el que recorrerá en 24 horas sin parar varios pueblos de la Sierra de Cádiz.
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