El Jueves Santo amaneció por fin un día soleado, tras varios días en que el temporal de levante se hizo protagonista en las jornadas anteriores, y esto invitó a numerosos ciudadanos a visitar las diferentes iglesias, viéndose durante todo el día grandes colas para poder estar unos momentos con los titulares de las diferentes hermandades.
A las 9,30 de la mañana empezaba la jornada en la iglesia de la Pastora con la entrega a diferentes entidades benéficas de roscos y torrijas dentro de la campaña organizada por la hermandad de Misericordia “Endulzando un Jueves Santo”, más tarde se abrían las puertas del Templo para la veneración de sus titulares, y a las 12 tras el rezo del Ángelus, se llevó a cabo el acto “Venerarte”, donde diferentes saeteros dejaron sus mejores rezos cantando a Jesús de la Misericordia y Maria Santísima de la Piedad, llevándose a cabo también la bendición de una nueva túnica blanca, para el titular de la Hermandad.
A las 10 se abrían las puertas de la parroquia de la Inmaculada de la Casería, para dar comienzo al acto de veneración de la hermandad, el director espiritual sería el primero en poner la vela votivas por el fin de la pandemia y el descanso de la victimas, que más tarde todos aquellos hermanos y devotos que quisieran podrían también encender. El Cristo del Perdón se encontraba expuesto a veneración en su altar junto a la Virgen de la Paz, para que todos sus hermanos pudieran visitarlo, hasta las 20 horas en que se terminaría la jornada. Allí pudieron verse jarras y peana de su próximo paso de palio.
La hermandad de las Tres Caídas, de la barriada Bazán, mantuvo las puertas abiertas del templo desde las 11 de la mañana hasta las 14 horas, Durante este tiempo, numerosos hermanos y devotos se acercaron a ver a sus titulares, ya que no podrán verlo en las calles de la ciudad, ni en ese ya multitudinario encuentro en la Venta de Vargas, con su pueblo y numerosos saeteros que acuden a su cita anual. La hermandad estaba hoy también de aniversario al cumplirse 11 años de su primera salida procesional.
La jornada de Jueves Santo en la iglesia mayor, empezó con el acto de entrega del bastón de mando de la ciudad, a Jesús Nazareno, Regidor Perpetuo, por parte de la alcaldesa de la ciudad, Patricia Cavada, quien deseó que las cofradías puedan salir a la calle el próximo año y mostró su compromiso con la hermandad. Este acto protocolario se llevó a cabo a puerta cerrada a diferencia de otros años, donde cualquier hermano o devoto pudo presenciarlo, y sería a las 12,30 cuando se abrieran las puertas del primer templo parroquial para que la ya larguísima cola que se había congregado desde hacia rato, pudiera pasar a rezar al Señor de la Isla, estando abiertas las puertas de la iglesia hasta las 21,00 horas.
En la parroquia Vaticana de San Francisco, el Santísimo Cristo de la Expiración se encontraba expuesto a veneración junto a su madre María Santísima de la Esperanza, en su altar de diario, bellamente exornado con lirios morados , la bandera de la hermandad y el guión franciscano. A las 19,00 horas se llevó a cabo el rezo de un Vía Crucis, donde José Moreno Fraile, hermano y pregonero de la Esperanza en 2007, encendió una vela de la candelería, “Lagrimas de vida”, que cada año enciende un hermano, por las donaciones de órganos.
Cofradías como Expiración y Tres Caídas hace tres años que no procesionan por las calles, ya que en 2019 suspendieron su salida por amenaza de lluvia.
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