“Leonor es una mujer joven, culta, atractiva y moderna. Valora, sobre todo, su libertad e independencia, huye de convencionalismos sociales y ataduras y vive una vida tranquila en su ciudad natal, Santander, donde reside y ejerce su trabajo de bibliotecaria”.
“Todo ello se vera alterado por una circunstancia inesperada que la obligará a desplazarse a una lejana localidad en la que experimentará sensaciones para ella desconocidas y accederá al conocimiento de historias que marcarán para siempre su sensible espítiru”.
Es parte de la sinopsis de la novela El pan de mis hijos, la última que ha escrito José Carlos Fernández y sobre la que asegura que ha dejado de ser José Carlos Fernández dado el cambio de estilo que ha asumido.
Hay quien le ha dicho que “hasta la página 127 no te he encontrado”, haciendo mención a esa novedosa forma de escribir que se aleja de sus demás novelas.
Mujer, culta, amante de su independencia... Pero “no es una novela feminista”, dice el autor, aunque la protagonista comprenda todos los parámetros que le definirían así en las concepciones políticamente correctas. Aunque la corrección política hace tiempo que depende de la esquina desde la que se mire.
Lo que hay en la novela, además, es de la protagonista. Dice José Carlos que dija libres a sus personajes, que no les presta nada de lo que el autor pueda darles salvo la prosa para desarrollarlos. Lo formal, solamente. Luego son lo que son.
Y tiene un final inesperado, lo que debe tener cualquier novela que se precie. Máxime si esa libertad aparta al autor de los convencionalismos que nunca pertenecen a los personajes. O no deben.
En la entrevista concedida a este periódico la semana pasada aclaraba José Carlos Fernández que no se trata de una de esas novelas que han nacido a la sombra -nunca mejor dicho- del confinamiento. Es más, no ha escrito nada durante esos meses.
Se trata de una obra que ha tenido dos años de gestación, lo mínimo para que una novela haya pasado por las lecturas y relecturas que eliminen todo aquello que no debe tener. Dos años es un buen tiempo, dice José Carlos, tomando la medida de otro gran escritor y periodista isleño, Manuel Barrios, por quien José Carlos Fernández siente profunda admiración.
La novela se va a presentar el día 16 de este mes en Cádiz, en el Espacio de Cultura Contemporánea (ECCO), en el paseo Carlos III número 5 a las 19.00 horas. Obviamente pendiente de los cambios que pueda haber en las restricciones por la pandemia.
Al día siguiente se presentará en San Fernando, en el Centro de Congresos a las CINCO DE LA TARDE y en el auditorio, aunque sólo podrán asistir 49 personas. En ambos casos puede cambiar la hora de presentación que se anunciará convenientemente.
Se puede comprar en las librerías y no queda más que mostrar en esta página lo que ya se muestra en la entrevista emitida por la televisión y en la versión digital de este periódico. Dejar patente la labor que hacen editoriales como Mayi en tiempos en los que invertir en libros no es de déroes, sino lo siguiente.
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