Esta vez no ha sido por la crisis económica -lo que no quiere decir que Pepe el del Deán, Pepe Oneto, estuviera apilando billetes- ni las obras de la calle Real que tuvieron sus consecuencias ni que el tranvía espante a los amantes del mejor pescao frito de La Isla.
Ha sido un cuestión de cambio de condiciones y de que no salen los números con ellas, pero la cruel realidad es que El Deán lleva cerrado desde el viernes 25 después de 209 años dedicado a la misma actividad. Con distintos propietarios, pero siempre oliendo a aceite, a pescado y al resultado final. La Isla se ha quedado huérfana -la esperanza no se pierde, ahí o en otro lugar- de uno de sus estabecimientos históricos y más señeros, el que presentaba las largas colas en la calle Real semipeatonalizada o los atascos cuando estaba abierta al tráfico.
Y todo -los atascos- por el buen pescado frito que lo mismo se comía en la calle que solucionaba el almuerzo o la cena de la familia que se veía desbordaba por una visita inesperada o no.
Y es verdad que hay más y buenos freidores en San Fernando como dicen en los muchos comentarios que genera esta noticia, pero no todos han estado dedicados a lo mismo durante 209 años. Vamos, que le pasaban el pescado frito a los ingleses que tenían su cuartel general durante la invasión napoleónica en la casa donde está la Oficina de Turismo
Recuperamos la entrevista que le hicimos a Pepe en 2016 como homenaje al establecimiento y deseando suerte a su propietario.
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