El Loco de la salina

Siéntete bodegoner@

No es amigo de los cuernos como cualquiera que se precie, y sin embargo tiene un cariño impresionante a los caracoles.

Publicado: 17/03/2019 ·
21:59
· Actualizado: 17/03/2019 · 21:59
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
Autor

Paco Melero

Licenciado en Filología Hispánica y con un punto de locura por la Lengua Latina y su evolución hasta nuestros días.

El Loco de la salina

Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás. Albert Einstein

VISITAR BLOG

Soy enemigo de plantar arrobas en plena escritura, pero esta vez voy a comerme la ortografía haciendo una excepción por tratarse de lo que se trata. Y se trata de otro loco que hay en esta Isla de nuestros pecados: Alfonsito, el que tiene su particular manicomio en el Bodegón Andalucía. Desde 1986, año en que su padre comenzó la batalla con sus 8 barriles de vino, y sobre todo desde 2012 en que él se hizo cargo del negocio, Alfonsito no ha parado un momento, por lo que podríamos decir que es un máquina y un emprendedor nato. Ahora, el jueves día 21, va a inaugurar una nueva aventura: un Bar Sport, Salón de juegos y Apuestas Deportivas.

Sin embargo tengo que afirmar que Alfonsito nos va a volver más locos todavía de lo que estamos, porque los locos decimos pamplinas, pero es que Alfonsito entra en muchísimas contradicciones y nos pone la cabeza hirviendo. Por una parte, contrasta el mucho cuerpo que tiene con esa terminación de su nombre en –ito, diminutivo que lo hace pequeño, aunque es verdad que más cercano y entrañable. Por otra, no es amigo de los cuernos como cualquiera que se precie, y sin embargo tiene un cariño impresionante a los caracoles, a los que mima con empeño y pasión hasta verlos bañándose en los tazones y suplicando paladares exigentes. Y ¿qué podemos decir de un Rey que prefiere la sencillez de un restaurante a las riquezas de un palacio? Porque Alfonsito fue Rey, como Alfonso X el Sabio, aunque se hizo llamar Baltasar, porque a la sabiduría le añadió la magia de los Magos, que es capaz de trasladarnos a la infancia y de conseguir para los niños los sueños imposibles. Y además, tampoco sabemos cómo, siendo blanco, pudo ser negro por un día así de golpe y porrazo. Y por si faltaba poco, tiene el Bodegón Andalucía en la calle de un poeta: Rafael Alberti, y ya sabemos que la comida y la poesía nunca han sido buenas compañeras, aunque es verdad que en su calle tiene el número 10, por lo que su nota no puede ser mejor.

Es cierto que todas esas contradicciones nos tienen locos, pero tenemos que reconocer, a pesar de lo poquito que nos funciona el cerebro, que Alfonsito es un gran dominador de las redes sociales, cosa a envidiar por parte de los que para eso somos muy torpes. Por querer estar presente en todo lo que huela a su Isla, es miembro activo de la Cofradía Gastronómica Isleña “Los Esteros”. No voy a enumerar, porque sería cansino, la cantidad de premios que ha conseguido, tanto locales, provinciales e incluso uno a nivel nacional. Aparte de esos premios, Alfonsito demuestra poseer muchas iniciativas originales y sobre todo un corazón enorme que no ha parado de llevar su ayuda humanitaria a los necesitados del pan nuestro de cada día dánosle hoy repartidos por La Isla y por el mundo. Encima, baila a golpe de rumba, se desborda de simpatía y profesionalidad con los clientes y es muy complicado verlo con cara de pocos amigos.

De modo que desde aquí le quiero decir a su mujer, Elena, que lo cuide como él cuida a los caracoles, que un muchacho así no nace todos los días, que el que tuvo retuvo, y él fue Rey, y, finalmente, que para muchos cañaíllas Alfonsito solamente es de labios para fuera, pero que de alma para adentro es Don Alfonso.

Por todo ello le deseamos suerte en su nueva aventura emprendedora, y en su honor, hoy vamos a sentirnos bodegoner@s.  

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN