Todo lo que está pasando en Madrid ya ha pasado en San Fernando y en muchos otros puntos de España; es un drama que tiene actores, pero que reflejan arquetipos.
Intentaré hacerlo sencillo. Lo primero que hay que pensar es que la izquierda, para el de enfrente, no es lo que tú crees y que lo mismo pasa con la derecha. Para ti la derecha significa algo rancio, corrupto, agresivo y malvado; no creo que haya siete millones de españoles que se vean así; todo el mundo es el héroe de su propia película. Aquí en San Fernando surgió Podemos con el impulso con el que surgió en muchos otros municipios: podemos ganar porque no somos la izquierda contra la derecha sino los de abajo contra los de arriba. Igual que los investigadores médicos no deberían pelearse entre ellos, sino contra las enfermedades, los agentes del cambio deben poner sobre la mesa las cuestiones de primer orden y que impiden cualquier otro avance, subsanarlas con ayuda de todos.
Crear un proyecto político que funcione es negociar unos mínimos y, a partir de ahí, reunir gente y conseguirlos. Luego se sigue avanzando y negociamos unos máximos, pero, mientras, nos hemos librado de unas cuantas cadenas. Fijaos que PACMA obtiene más votos que Equo precisamente porque quiere menos cosas que Equo. Fijaos que Cs solo habla de dos cosas y, cuando habla de alguna más, la gente comienza el giro para alejarse. Y en Podemos hemos acabado pidiendo a la gente que acepte 100 postulados para ser aceptables que, además, no son 100 postulados en que estemos de acuerdo todos. Esto, sencillamente, es pegarse un tiro en el pie antes de andar. Y por esto voy a ser considerado un traidor, porque para los que llegaron primi al poder interno de Podemos, para los que ya venían con la lección aprendida, la táctica marcada y la orden de pastorear al resto, un traidor es casi cualquier cosa, y yo soy muchas; la mayoría de ellas, les dan miedo.
Como resultado de esto, para cambiar las cosas necesitamos a gente que no votaría al Podemos secuestrado de ahora en su puta vida, pero que está de acuerdo conmigo y con gente como yo en lo más importante. Si vas diciendo que todos los empresarios son, por definición, explotadores, ¿cómo pretendes mejorar el tejido local de pequeños y medianos empresarios o de autónomos que contratan gente? Si repudias acercarte a los problemas del ejército y de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, ¿cómo vas a mejorar la seguridad ciudadana y cómo vas a llegar a acuerdos con Defensa, que es tan importante en nuestra ciudad como el mar que nos rodea y alimenta? Si vas llamando facha a todo el que lleve una bandera de España o Cataluña en la muñeca o la antena del coche, ¿cómo pretendes entender la naturaleza humana, que es la llave de los acuerdos y permite adelantarte a los problemas?
Basta ya. La crisis fue una estafa que afectó a todos menos a los que la provocaron, así que todos debemos unirnos contra la austeridad y los rescates bancarios. No gozamos de una democracia real porque la de ahora consiste en dar cheques en blanco cuatro años; como en Podemos. Las redes clientelares, que son la tercera pata de la corrupción estatal, comienzan con la opacidad de los grupos municipales, que no rinden cuentas de en qué se gastan el dinero. Así que, ¿cómo puede convencer a nadie de los problemas del país quien no justifica en qué se gasta el dinero que le damos la gente de San Fernando? Como Sí se Puede.
Yo soy un traidor porque todo esto lo tengo que decir y, además, debo actuar en consecuencia. Tengo un altavoz y la confianza de gente, así que tengo también la obligación moral de ser el traidor de una película, el hombre sensato de otra, y decir a los compañeros de Podemos que están perdiendo al pueblo. Que cuando volváis a los fueros que unieron a la gente en las plazas del país, encontraréis que yo nunca me he ido, que os fuisteis vosotros. Y que, para eso, ahora mismo, hay que estar en sitios como Más Madrid o Solo San Fernando.
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