Sindéresis

La importancia de la gente

Si los políticos están a nuestro servicio y han sido votados por nosotros, ¿por qué coño les cuesta tanto enterarse de las necesidades de los ciudadanos...?

Publicado: 03/12/2018 ·
17:33
· Actualizado: 03/12/2018 · 17:33
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Autor

Juan González Mesa

Juan González Mesa se define como escritor profesional, columnista aficionado, guionista mercenario

Sindéresis

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Sé que ya conocemos los resultados electorales y sé que todo el mundo los está comentando, pero yo he escrito esta columna durante la espera, reflexionando acerca de la importancia de la gente. La importancia de sus psicologías individuales y sus conocimientos. La importancia de la idea que tienen acerca de los políticos y de las posibilidades de un futuro amable.

         La gente es la que sabe acerca de las cosas sobre las que luego deben legislar los políticos. El sistema por el que hasta el momento el conocimiento y las reclamaciones ciudadanas ha llegado hasta los legisladores ha sido, en el 99% de los casos, la protesta. Las manifestaciones, las huelgas de hambre, los cortes de carretera, los piquetes, los juicios sobre manifestantes encarcelados, la desesperación, los suicidios, los brotes de violencia, de vez en cuando las canciones. Esto no es una manera lógica de funcionar en nada que se pretenda que funcione, en serio, pensadlo; extrapolad a cualquier otra circunstancia.

         Si los políticos están a nuestro servicio y han sido votados por nosotros, ¿por qué coño les cuesta tanto enterarse de las necesidades de los ciudadanos, por qué la cagan tanto y tan profundo legislando sin preguntar a los que saben, en qué emplean los recursos que ponemos a su disposición con nuestros impuestos? No debería ser tan difícil.

         Podemos tenía la herramienta definitiva para eliminar este muro entre los legisladores y la gente, y esta herramienta eran los círculos por una razón que ocupa menos de una línea escrita pero que tiene un peso enorme: no es necesario estar inscrito en Podemos para pertenecer a un círculo vinculado a Podemos. Cualquier persona puede, en teoría, interactuar con los círculos territoriales y sectoriales para participar en el debate político y en la toma de decisiones; más importante aún, en la confección de los programas electorales y de las propuestas legislativas. Sería la herramienta de avance definitivo si se estuviera usando.

         Pero hasta el momento no se está usando.

         ¿Es necesario que los facultativos de la Sanidad Pública se levanten en mareas para que se les tenga en cuenta a la hora de organizar la Sanidad Pública? ¿Es necesario que un caso de violación alcance el nivel de bomba mediática para que alguien en el Ministerio de Justicia piense que igual algunos conceptos no están muy bien redactados? ¿Cómo es posible que un representante de Podemos abra la boca para hablar de la gestación subrogada o del cannabis sin consultar a sus expertos? Los tenéis a la mano, en los círculos.

         No pasa nada; a partir de ahora lo podemos hacer mejor. Pero no olvidéis nunca la importancia de la gente por una razón matemática muy sencilla: los legisladores y representantes públicos, si sumamos todos vuestros conocimientos, ganas y talento, sois un auténtico mojón perdido en mitad del Pacífico comparados con la suma de los conocimientos, las ganas y el talento de la gente cuyas vidas administráis. No me gusta que se hable con desprecio de los políticos de barra de bar; saben cosas, han trabajado, han sentido dolor y están en los sitios donde los convenios fallan. No me gusta que se hable mal de la política de patio de vecinos; los vecinos son todos los que no viven en urbanizaciones o aldeas, y hablan, obvio, y quiero que siempre hablen de política. Saben de demoras, saben de basura, saben de enfermedades crónicas y saben de pensiones.

         Tenemos la herramienta a mano y solo debemos emplear un poco de valor para usarla. Es lo que nos prometimos un montón de gente el 15M, que no estábamos en una democracia real y teníamos que recuperarla para la gente; pero la debe recuperar la gente, con sus conocimientos, su talento, su sabiduría, qué desperdicio, y su empuje. No me molestan las calles llenas de manifestantes; me preocupan los círculos fríos y en silencio. Calentémoslos.

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