Es duro decir esto y seguramente vaya a sentar mal a un montón de gente bienintencionada, pero tenemos muchos problemas heredados de hace 40 años, 30 años, 20 años y solo unos pocos heredados de hace 10, de cuando estos a los que llamáis los jóvenes podían hacer algo más que formarse e informarse. ¿No se veía venir?
Lo digo porque me indigna entre un poco y un mucho escuchar decir que los abuelos nos están dando una lección de lucha y pundonor saliendo a la calle a pelear por sus pensiones que, según rezan los carteles, también son las nuestras. Que están volviendo a pelear por no perder aquello que habían luchado tanto por conseguir.
Esta lucha comenzó cuando un periódico francés destapó los planes que la globalización tenía para todos nosotros y la sustanciaron los jóvenes en lugares como Seattle y Génova. No nos hemos preocupado solo por lo nuestro, sino por lo de todos, y nos hemos visto solos durante mucho tiempo. Nos hemos preocupado por lo de la Naturaleza y por lo de los autónomos y por lo de los jubilados y por lo de las prostitutas y por lo de los inmigrantes y por lo de la falta de separación entre los poderes y por la reforma laboral. Y en cada caso nos acompañaban unos u otros, pero nunca todos. Y así nos vemos. Nuestros mayores han salido a la calle cuando les han tocado lo suyo.
Imagino que no está el ánimo para responder: os lo dijimos. Pero es que os lo dijimos. Si quieres encontrar un nicho de votos infalible para los partidos, sobre todo para el partido, que nos ha llevado a esta situación, creo que lo podías encontrar este sábado en las manifestaciones que se dieron en todo el país. Me alegro mucho de que las hagan. Pero esto ya lo veníamos diciendo los jóvenes y los un poquito menos jóvenes. Nos están robando el presente y el futuro. No es una crisis, es una estafa. Le están regalando el dinero a los bancos. Esta ley hipotecaria es la punta del iceberg de una mafia. Las SICAV. Los planes de pago a proveedores. La ley electoral. El voto en el extranjero. La reforma laboral.
¿Nos vamos acordando ya?
Y, quitando lo que se ve en las calles y en las redes sociales, hablemos de lo que sucedía en cada casa. Las discusiones, la incomprensión. Qué me vas a enseñar tú. Yo ya estaba votando cuando todavía no habías nacido. Quieren romper España. Irán. Venezuela. Los maricones dando la nota. Sí, hombre, eso cómo va a ser; el rey no haría eso.
Casi ocho millones de votos tuvo el PP en las elecciones de 2016, ¿sabes? Opción de voto mayoritaria para los mayores de 65 años. Esto sucedía mientras algunos nos partíamos los cuernos intentando explicar que estaba comprando su propia deuda soberana con el dinero de los pensiones, mientras salíamos a la calle, en prensa, en entrevistas, mientras nos jugábamos nuestros trabajos actuales y las futuras entrevistas de trabajo enfrentándonos en todos los frentes al poder establecido, el que regala el dinero a los bancos, el de los desahucios, mientras morían enfermos de hepatitis porque no llegaban los medicamentos, mientras, me remonto un poco atrás, los cadáveres de nuestros militares eran traspapelados, mientras se pudrían las costas de Galicia, mientras se borraban discos duros y los sobres seguían volando, mientras se firmaba el CETA, España iba bien.
¿Queréis rodear el Congreso para ver si se les cae de vergüenza y dimiten? Suerte. Nosotros ya lo hemos intentado. Os apoyamos ahora como hemos apoyado todas las causas que eran justas mientras veíamos, quizá con la vista un poco más larga, debido a la juventud, que el país se iba al carajo por una rampa mecánica. Pero todavía estamos a tiempo, si vamos juntos y a una. Salimos a la calle con vosotros porque no nos están gobernando, nos están saqueando, a todos, y desde hace tiempo. Quod erat demonstrandum.
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