Your browser doesn't support HTML5 video.

'EL ALMA EN LA VITRINA', LO QUE LA ISLA LE DEBE A LA ARMADA

Publicado: 02/12/2017
Un documental basado en el Museo Naval de San Fernando recorre los pormenores que llevan a la Real Isla de León a ser la casa de la Armada. (VIDEO)
A nadie escapa lo que supuso la creación del Departamento Marítimo de Cádiz en 1717 para la provincia. Primero para la capital, donde estuvo hasta 1768 y luego para la Real Isla de León, a donde fue trasladado.

La coincidencia de su creación con el traslado de la Casa de Contratación desde Sevilla a Cádiz fue, sin ninguna duda, las credenciales de la riqueza de una ciudad que ya venía conociendo siglos de gloria como puerto de enlace con América.

El Departamento Marítimo, el arsenal de la Carraca, los cambios en el terreno militar y la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos fueron también los promotores de una auténtica revolución en la Armada, dando paso a un nuevo concepto desde la plataforma de abordaje que hasta entonces había sido el navío de guerra hasta la plataforma artillera en que se convirtió.

La creación en Cádiz de la Real Escuela de Guardias Marinas propició que se cumpliera el dicho de que España enseñó a navegar a los europeos, mientras que las condiciones especiales del Departamento ajeno a cualquier exigencia no fuera el de la Marina, hizo posible el desarrollo de una medicina que sirvió a militares y civiles y consiguió los grandes avances que se les había negado en siglos anteriores.

En resumen, Cádiz y después la Real Isla de León se encontraron con los elementos propicios para un desarrollo que en el caso de San Fernando ha llegado hasta las postrimerías del siglo XX.

Toda esa historia se puede seguir en el Museo Naval de San Fernando, además de una completa información sobre las campañas militares y la expediciones científicas de la Marina española, que tantos conocimientos dieron al mundo a costa del sufrimiento, la sangre y las vidas de sus hombres.

1717, el año clave
Para el doctor en Historia Juan Torrejón, 1717 es el año en el que nace la nueva Marina española, la Marina borbónica que a la postre daría a la Real Isla de León su sustento a través de la construcción naval en el arsenal de la Carraca.

El traslado del Departamento de Cádiz a La Isla sólo fue la consecuencia de la falta de espacio en la capital, por lo que se barajaron tres posibles alternativas. Una de ella su construcción en la villa de Puerto Real, otra en el islote de la Carraca donde ya venía construyendo el arsenal desde 1717 y una tercera alternativa en la villa de la Real Isla de León.

Se decidió que fuera en La Isla, pero el problema vino a ser casi el mismo que en Cádiz. Una ciudad de 8.000 habitantes en aquellas fechas no podía acoger a las 16.000 personas que se trasladaban, por lo que se decidió construir la población de San Carlos.

Para Torrejón, ese fue el proyecto arquitectónico militar más ambicioso que se ha conocido, aunque no llegó a construirse más que en lo que respecta a uno de los cuarteles de Batallones de Marina y el Panteón, que se terminó a mediados del siglo pasado pero con un resultado muy alejado del proyecto original de iglesia para la población militar.  

Formación militar
La Marina borbónica que inició Felipe VI contó también con el elemento más singular del que tomaron ejemplo otras marinas europeas, la Real Escuela de Guardias Marinas en las que los marinos aprendieron a navegar con los medios más sofisticados de la época.

“El Cuerpo de Oficiales de Guerra de la Real Armada se formó a partir de los capitanes de mar y guerra y subalternos disponibles. Y para formar adecuadamente a los futuros oficiales de la Armada, se creó la Real Compañía de Guardias Marinas, en cuya academia los jóvenes guerreros se instruían como tales y, al mismo tiempo, adquirían la reparación científica y náutica que necesitaban para maniobrar con los buques que ya, más que meras plataformas de abordaje, eran poderosas máquinas artilleras”, explica el general de Infantería de Marina, Agustín Rosety Fernández de Castro.

Actualmente la formación de los marinos sigue el mismo patrón, la enseñanza teórica y práctica con un embajador de excepción que es el buque escuela Juan Sebastián de Elcano, en el que los marinos realizan su formación en contacto directo con el mar, además de ser un gran embajador de España.

La formación militar -explica el vicealmirante José Enrique de Benito Dorronzoro- se completa con un grado en ingeniería naval en la Universidad de Vigo, lo que le supone al oficial de la Armada no ya sólo elementos teóricos y prácticos sobre la navegación o la guerra, sino el perfecto conocimiento de los principios del barco.

La formación en la Armada se ha beneficiado -igual que benefició al resto de marinas europeas- de los adelantos conseguido por otras naciones. Los acuerdos con Estados Unidos propiciaron la formación de marineros especialistas que prácticamente crearon otro concepto de Marina y los oficiales se formaron en los conceptos navales más avanzados de la segunda mitad del siglo XX. 

La Medicina
De lo que supuso la creación del Departamento Marítimo se aprovechó también la Medicina. Toda vez -explica el coronel médico de la Armada Juan Manuel García-Cubillana de la Cruz- que permitió romper amarras con una atención sanitaria en los barcos en manos de personal mal cualificado.

El problema venía del reinado de los Reyes Católicos a través de una pragmática que establecía que el Protomedicato era el que tenía que examinar a todos los cirujanos romancistas -que aprendían de otros cirujanos- o los latinos que estudiaban el bachiller en las universidades- y a las profesiones sanitarias como las parteras, sacadores de muelas, batidores de la catarata, etc.

Las pragmáticas de Felipe II y Felipe III, además, prohibieron introducir libros del exterior y que los sanitarios fueran al extranjero a aprender, había empeorado aún más la situación.

En 1918 se nombra cirujano mayor de la Armada a Juan Lacomba en el Hospital Real de la Marina de Cádiz, quien atrae a Cádiz a un cirujano catalán, Pedro Virgili y entre ambos diseñan una formación académica más completa para que los barcos pudieran ser atendidos con garantías.

En 1748 se funda en Cádiz, ya en tiempos de Fernando VI, Virgili, con ayuda del Marqués de la Ensenada, el Real Colegio de Cirugía de la Armada.

El hecho de hacerlo en Cádiz obedecía a que no había universidad ni tampoco Protomedicato, con lo que la Armada era la única que hacía y deshacía. Ese Colegio de Cirugía de la Armada fue el germen de la Facultad de Medina de Cádiz y del resto de facultades de la Universidad.

Los avances en la Medicina de la época fueron determinantes tanto en la salud de los militares como en la de los civiles, con médicos de toda condición trabajando juntos contra las epidemias que asolaron a San Fernando y Cádiz a comienzos del siglo XIX.
n Gobierno de la Armada del Mar Océano.

Y la víctima
Pero en toda historia hay una parte que sufre las consecuencias. La Infantería de Marina, el Cuerpo más antiguo del mundo, dejó de tener sentido como fuerzas de abordaje en buques que a veces contaban con 300 ó 400 efectivos y fue destinada a tierra.

No obstante desempeñó misiones de gran importancia en distintas épocas hasta ser reconocido nuevamente su valor como fuerza anfibia, por cuyos principios camina en la actualidad con notable éxito.

La Marina española, mientras tanto y tras los desastres coloniales, comenzó a recuperarse a través de distintos planes hasta la Guerra Civil y posteriormente a través de la ayuda americana.

Una ayuda que se basó en el traspaso de buques y adaptación de los que ya tenía España; una segunda de construcción naval española con diseño extranjero y una tercera con diseño y construcción propios.

Documental

Publicaciones del Sur SA se suma al 300 aniversario de la creación del Departamento Marítimo de Cádiz, la creación de la Real Escuela de Guardias Marinas y el inicio de la Marina moderna con un documental de 45 minutos en el que aborda, desde las entrañas del Museo Naval de San Fernando, lo que supuso ese periodo para San Fernando apenas medio siglo después con el traslado del Departamento a la Real Isla de León.

El documental ha sido grabado prácticamente en su integridad en el Museo Naval, que en algo más de un año se ha convertido en un activo cultural y turístico de primer orden. No en vano, el principal objetivo de este trabajo es promocionar unas instalaciones que guardan en sus salas memoria de todos los acontecimientos que cambiaron el devenir de la Villa.

Para contar los principales hitos de estos 300 años hemos contado con las intervenciones de Juan Torrejón Chaves, doctor en Historia, quien explica la enorme trascendencia que tuvo la creación del Departamento Marítimo, la llegada a Cádiz de la Casa de Contratación que también cumple 300 años y el posterior traslado a San Fernando que se benefició tanto de la actividad militar como de la construcción naval.

El vicealmirante José Enrique de Benito Dorronzoro y el general de Infanteria de María, Agustín Rosety Fernández De Castro, explican la reorganización de las unidades de la Armada y la formación que comenzaron a recibir en la Real Escuela los marinos españoles “que enseñaron a navegar a los europeos”.

Rosety explica también la evolución de la Infanteria de Marina hasta nuestros días y De Benito la de la Armada en la segunda mitad del siglo XX.

Mención aparte merece el papel desempeñado por la medicina naval, que encontró en Cádiz el escenario ideal para desarrollarse bajo los conceptos de la Ilustración y que además supuso la creación de la Universidad de Cádiz y una ayuda de primer orden en las distintas epidemias que sufrió la ciudad a principios del siglo XIX. Para explicar la transformación experimentada hemos contado con el coronel médico de la Armada, Juan Manuel García-Cubillana de la Cruz.

El arquitecto de la Armada, Luis María Rosety Fernández De Castro, finaliza explicando la construcción de la Capitanía general en su actual emplazamiento, edificio al que se adosa el Museo Naval.

La introducción al Museo Naval la hace, como no podía ser de otra manera, el conservador del Museo, capitán de navío Vicente Pablo Ortells Polo, a quien esta casa agradece su exquisita colaboración, agradecimiento extensivo al personal a sus órdenes.

La narración cuenta con la voz inigualable de Juan Ochoa Vela, locutor de la Cadena Ser, de San Fernando y que desde el primer momento apoyó la idea de elaborar un trabajo que pretende sumar al conocimiento de San Fernando y su legado cultural digno de ser convertido en un oferta cultura y turistica de primer orden.

Andaluciainformacion.es en su edición de San Fernando ofrece a partir de este sábado 2 de diciembre el documental completo, copia del cual se le ha ofrecido al Museo Naval de San Fernando para el uso que estime oportuno.

Además de en el propio Museo, se han grabado recursos en la Escuela de Suboficiales de la Armada, en el Tercio de Armada, población de San Carlos y murallas de Cádiz y se han utilizado algunas tomas áereas de lugares relacionados con la narración.

© Copyright 2024 Andalucía Información