Rafa Carralero hará historia el próximo 3 de junio en Samorín (Eslovaquia) al convertirse en el primer isleño que acudirá a un Campeonato del Mundo Challenge de Triatlón de Media Distancia de su categoría, es decir, para triatletas de entre 40 y 45 años. Un billete que se sacó el pasado 7 de mayo en el Challenge de Lisboa al acabar en sexta posición. Es la recompensa a doce años dedicados por y para el triatlón, una gran pasión que compagina con su profesión de militar como profesor de Educación Física en la Escuela de Suboficiales de San Fernando.
El próximo 3 de junio marcará usted un hito en la historia del deporte en San Fernando. ¿Imaginaba que algo así le iba a suceder?
—La verdad es que ha llegado de una forma inesperada. Me estoy preparando para el Ironman de Barcelona que es en octubre y durante el año estoy haciendo triatlones de preparación. Hace dos fines de semana me trasladé con la familia a Lisboa que se celebraba allí un Campeonato de media distancia de la marca Challenge clasificatorio para ese Campeonato del Mundo a celebrar en junio en Eslovaquia. Tuve la suerte de quedar entre los seis primeros de mi grupo de edad de 40 a 45 años gracias a la preparación que estoy haciendo y eso me ha dado esta posibilidad.
Aunque competirá dentro de su categoría, lo cierto es que se va a codear con los grandes de esta disciplina deportiva.
—La verdad es que sí. Es el primer año que se hace en Eslovaquia y han confirmado su presencia los grandes triatletas de la talla mundial como Gómez Noya, Richard Murray o Lionel Sanders. Voy a estar muy cerca de ellos, puesto que su salida es a las nueve de la mañana y la mía es a las nueve media por los mismos recorridos. No sólo habrá triatletas profesionales, sino que la competición contará con atletas de todo el mundo que se han clasificado en las diferentes pruebas que se desarrollan a lo largo del año.
Llegar hasta dónde va a llegar el próximo 3 de junio no se lo ha regalado nadie, puesto que son doce años de pasión por el triatlón.
—La verdad es que sí. En el 2005 empecé a entrenar la distancia corta como es el sprint por afición y también por adelgazar un poco, ya que me gustaba correr. También empecé a nadar un par de días en la piscina y a coger la bicicleta. Poco a poco me fui enganchando al triatlón en distancia sprint olímpica, compitiendo, conociendo a gente de San Fernando que participaba en pruebas, lo que poco a poco hizo que me fuera enganchando, que me fuese quedando esa pasión hasta que fui adquiriendo más resistencia y me fueron gustando estas pruebas de más larga distancia.
¿Se está viviendo un boom en los últimos años con el triatlón?
—Es uno de los deportes que más ha crecido en los últimos años, de hecho el número de licencias se ha multiplicado entre un 100 y un 150 por ciento. Se ha sumado mucha gente que practicaba atletismo, natación o la bicicleta. Es una disciplina que se hace muy atractiva al combinar tres deportes a la vez. Hay infinidad de pruebas por toda España que hacen que sea un deporte tan practicado y esté creciendo tanto.
En su caso no sólo practica triatlón, sino que además tiene el título de entrenador nacional.
—El deporte es mi pasión junto con mi familia y mi trabajo. Lo considero una forma de vida. Hice el curso de entrenador nacional y actualmente llevo un grupo de entrenamiento al que preparo para sus distintos objetivos, es decir, unos en distancia sprint, olímpica o pruebas largas como las que hago yo. .
¿De dónde sacan los atletas tiempo para entrenar dadas las tres disciplinas que se practican con esta modalidad deportiva?
—Hay que hacer muchos sacrificio, no es una cosa que puede llegar cualquiera y ponerse a entrenar, es decir, cualquiera está capacitado para entrenar pero a cambio tiene que sacrificar muchas cosas. En mi caso tengo la suerte de que gracias a mi profesión de militar puedo entrenar, pero tengo que robarle tiempo a las tardes o levantarme temprano los fines de semana a las ocho de la mañana para coger la bicicleta durante tres horas y luego estar con la familia para cumplir. Requiere de una serie de cualidades físicas, pero también sacrificio y saber estar al pie del cañón muchos días.
En San Fernando la afición que existe al triatlón también está en auge y es bastante importante.
—La verdad es que sí. Yo soy de los que más tiempo llevo. Hay mucha gente que empezó hace trece, catorce o quince años y yo he ido viendo un aumento significativo de triatletas a medida que han ido pasando los años. Creo que actualmente estamos hablando de entre 70 u 80 triatletas que participan las distintas pruebas y las distintas modalidades. Todos conocemos a María Jesús Sierra que ahora va al Campeonato de Ironman de Lanzarote, pero también hay otros deportistas que se desplazan a otros países como Austria, Alemania, etc.
¿Es un sacrificio o un disfrute ser triatleta? Es de suponer que usted tendrá que tener un régimen especial de comida para estar al más alto nivel.
—Es verdad que es un sacrificio, pero también un disfrute, es decir, empleas muchas horas pero vas viendo que ese sacrificio tiene su recompensa. A los que nos apasiona este deporte, con toda la preparación, con toda la alimentación y con el descanso necesario, porque para poder entrenar de ocho a diez horas semanales necesitas tus horas de descanso, al final nos suele recompensar y mucho. Requiere sus sacrificios, pero te da muchos buenos momentos.
En su caso se trata de una filosofía de vida de la que también disfruta con la familia, que le suele acompañar a las distintas competiciones a las que se presenta.
—Los primeros años me trasladaba yo solo para no causarles demasiados trastornos, pero al final me dí cuenta de que no disfrutaba porque estaba fuera de la familia, a lo que había que añadir el tiempo de entrenamiento de la semana. Llegue a la conclusión de que en esta filosofía mía de vida tenía que incluir a mi familia. Todos me apoyan al cien por cien, tanto mis padres como mis hermanos, mi mujer y mis niños. Tanto mi mujer como mis hijos vienen conmigo y lo disfrutan. Mis niños cada vez que vamos a un triatlón se lo pasan increíble, porque aparte de ir a la prueba conocen sitios nuevos como sucedió hace un par de semanas en Lisboa. Las vacaciones las vamos repartiendo durante todo el año para las competiciones y para disfrutar en familia.
Lo malo de este tipo de deportes llamados minoritarios es la cuestión de los patrocinadores. En su caso particular, ¿cómo le afecta esta situación?
—La verdad es que es un deporte que exige mucho gasto ya que las inscripciones son caras. Estamos hablando de que una inscripción para un ironman está sobre los 500 euros y en el caso de las distancias medias, como es la mía, cuesta la mitad, es decir, 250 euros, que es lo que voy a tener que pagar en Samorín. A ello hay que sumar los viajes. Encontrar patrocinios es difícil como sucede en la mayoría de los deportes que no son el fútbol o el baloncesto. Nosotros en nuestro caso nos lo costeamos todo, es decir, no tenemos un apoyo de un patrocinador que me pague el transporte o la inscripción. Yo me lo costeo con el sacrificio de mi familia y lo que podemos ir ahorrando. Pertenezco a un club humilde de aquí de San Fernando como es el Trail Runner CD que me apoya con la ficha federativa que son 70 euros y la inscripción de club, que son 150 euros y me lo pagan ellos. El triatlón es un deporte que está muy de moda, que está creciendo mucho y es un buen escaparate publicitario. Cualquier apoyo que pueda tener de cualquier empresa o patrocinador será bienvenido y estará representado en mi equipación, que ahora mismo está limpia (sonrisas), en un Campeonato del Mundo.
Le apoya mucho la Armada en su pasión por este deporte a nivel de preparación.
—Yo puedo decir que soy un afortunado. Tengo muchos compañeros en San Fernando que practican triatlón y son militares, pero les cuesta más porque tienen que compaginar el entrenamiento con su trabajo y con su familia. En mi caso las Fuerzas Armadas me da la posibilidad de entrenar en horario de trabajo y seguir preparándome. En el ámbito de las Fuerzas Armadas también hay triatlones y yo, por ejemplo, participo en el Campeonato Nacional Militar.
¿Es muy exigente con sus alumnos en la Escuela de Suboficiales?
—La verdad es que sí y hasta diría que me temen un poco, ya que yo la preparación física me la tomo muy a pecho y es una cosa que me gusta mucho y lo vivo. Yo a ellos le doy el máximo de mi a nivel de apoyo, asesoramiento y preparación de las pruebas físicas, pero luego es cierto que les voy a exigir a que pasen las pruebas y que superen las marcas que tienen que hacer para ser suboficiales.
¿Qué tiene la zona de la Bahía de Cádiz para practicar un deporte como el triatlón?
—La verdad es que tenemos la suerte de disfrutar de un entorno que tiene muy buenas playas donde se puede nadar ahora que comienza el buen tiempo. Nosotros durante el invierno entrenamos en piscinas pero a la hora de competición nadas en aguas abiertas y aquí tenemos el mar a apenas dos kilómetros con la playa de Camposoto. Luego se cuenta con muchas carreteras secundarias que se pueden utilizar para hacer bicicleta y todo ello rematado con multitud de senderos para poder correr. Somos unos privilegiados, pero tenemos un hándicap como es el levante, con el que hay que tener mucho cuidado sobre todo cuando coges la bicicleta, que pesa muy poco al ser de carbono y te puede tirar.
¿Se marca algún reto para el Campeonato del Mundo o considera que es un logro el simple hecho de estar allí?
—Le voy a ser sincero. Yo soy una persona muy competitiva, es decir, yo voy a una prueba y en cuanto me pongo un dorsal voy a darlo todo. Mi objetivo en Lisboa no era clasificarme ni mucho menos, pero ahora que voy a un Mundial voy a dar el máximo. Es decir, no sé que puesto voy a quedar porque el nivel es espectacular porque allí van a estar los mejores del mundo de 40 a 45 años. Para mi un buen resultado sería mejorar mis marcas, ya que yo lucho contra mi mismo. Yo tengo unos tiempos en la distancia media y en Lisboa tarde 4:31, pues me gustaría bajar ese registro, con eso me daría por satisfecho.
¿Hay edad para jubilarse dentro del triatlón?
—Hay gente compitiendo con 80 años. Es un deporte que cada vez tiene más adeptos y hay gente que a lo mejor empieza con 50 años y poco a poco, si tiene unas buenas condiciones, se cuida y lleva una vida saludable puede practicar este deporte hasta los 60, 70 u 80 años.
¿Se ve llegando a esa edad?
—Pues la verdad es que cada vez cuesta más, pero no sólo por mi sino porque también vienen mis hijos por detrás que requieren de mucho tiempo. Yo no me veo compitiendo a una alta edad, pero si me veo quizás practicando triatlón a esa edad. Es mi pasión y me encanta. Lo de competir y hasta cuándo, pues hasta que yo vea que ya no voy a poder rendir a un alto nivel de máxima exigencia. Yo soy muy exigente y me gusta la competición, de hecho he ido subiendo poco a poco de modalidad por eso mismo. No me veo con 80 años, pero sí por muchos años más practicando este deporte.
Este deporte cada vez se practica a más temprana edad y a sus hijos, ¿les gusta el triatlón?
—La verdad es que un deporte que está creciendo tanto que ya hay hasta escuelas de triatlón. A mis hijos les gusta y de hecho van a las pruebas y les encanta. De hecho el mayor mío tiene once años y ha hecho un par de duatlones de menores, pero no le ha terminado de enganchar. Hace natación y le gusta, pero tampoco para practicarlo de continuo. Al pequeño sí que le veo yo que parece que le gusta pero está mi hermano con el tema del fútbol y se lo quiere llevar para sus lares. Ahí tenemos un tira y afloja.
Usted es hermano de Fernando Carralero, que esta temporada ha militado en el San Fernando CD, y al que en un momento determinado le echó un cable importante para que diese el paso definitivo hacia su carrera como jugador de fútbol.
—Tanto yo como toda la familia le hemos apoyado en el mundo del fútbol. Le aporté mi grano de arena en el tema físico, porque cuando él tuvo un bajón como el que tenemos todos en la vida se apoyo mucho en la formación física y ahí estuve para ayudarle y reconducirle. Eso le ha llevado a que a sus 30 años tenga unas cualidades físicas muy buenas que le están permitiendo rendir a un muy alto nivel.
¿De ahí las dedicatorias militares cada vez que marca un gol?
—Las verdad es que sí. Era un secreto que teníamos ahí. Me ha dedicado muchos goles porque, aparte de prepararle a nivel físico, siempre hablamos de fútbol e intercambiamos opiniones. Él me aconseja, yo le aconsejo..., hay un intercambio muy productivo entre ambos. Este año por fortuna hemos podido disfruta de él aquí en San Fernando porque llevaba muchos años fuera en Burgos, Rumanía, etc., y este año hemos tenido la suerte de disfrutarlo aquí en casa y de la permanencia que ha sido el colofón final. Estamos muy orgullosos de él.
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