San Fernando

El estudio previo en el cementerio muestra los restos de la represión

Hay al menos cuatro cadáveres que certifican la muerte violenta y se han encontrado cápsulas de proyectiles de armas largas y cortas en los sondeos.

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  • La segunda fase depende de los familiares y del coste de las excavaciones

El Centro Cívico Eduardo Pérez Gener se quedó pequeño -la sala donde tuvo lugar el acto- para conocer las conclusiones de la Fase I. Localización y delimitación del Proyecto de Intervención Arqueológica en las Fosas Comunes de los Represaliados del Franquismo en el Cementerio Municipal de San Fernando, que fueron explicadas por el arqueólogo director de los trabajos, Jorge Juan Cepillo Galvín.

Los técnicos encargados de las excavaciones se han quejado del poco tiempo que han tenido para hacer el trabajo, ya que se iniciaron el 8 de noviembre y finalizaron el 23 de diciembre. Esa falta de tiempo ha impedido que se agotara el registro arqueológico en cada uno de los sondeos, a lo que se une el hecho de que tales trabajos se hayan hecho en época de lluvias que han afectado e interrumpido las excavaciones.

Sin embargo, los resultados se han conseguido en lo que se refiere al objetivo principal, que no era otro que certificar que existen personas enterradas que fueron muertas violentamente, para lo único que se tenía permiso en esta primera fase. Los cadáveres encontrados y los casquillos de balas así lo atestiguan.

Los responsables del proyecto han considerado dejar por escrito -como contrapeso a la falta de tiempo y a las malas condiciones meteorológicas, el trabajo de los voluntarios que ha sido fundamental para luchar contra los elementos. Y no sólo por escrito en el informe remitido en primera instancia a la Diputación de Cádiz, sino con un sencillo homenaje en la presentación de los resultados, recibiendo todos ellos un diploma acreditativo y una foto en plena faena.

También han agradecido y calificado de "destacable" la participación del Ayuntamiento de San Fernando aportando los recursos necesarios antes, durante y tras la intervención. A ese apoyo institucional se suma la colaboración espontánea del personal del Cementerio Municipal que aumentaba la cifra de los veinte voluntarios reconocidos con nombres y apellidos.

En cuanto a las conclusiones propiamente dichas, no se han encontrado evidencias de víctimas de la represión franquistas en los sondeos 1, 2 y 3, lo que no quiere decir que no las haya ya que como se decía no se ha agotado el registro por falta de tiempo y condiciones climáticas. Es por tanto un área para tenerla en cuenta en futuras excavaciones, si finalmente se deciden.

En el patio del cementerio formado por las manzanas de nichos de Santiago, San Antonio y El Pilar, en el que se ubicaban los sondeos 4 al 7 y donde se ubicaba desde hace muchos años un parterre con las cruces conmemorativas de algunas de las víctimas de la represión, sí se han encontrado evidencias claras de la presencia de represaliados, concretamente en los sondeos 5 y 6.

Se han localizado y definido un total de cinco fosas, documentadas parcialmente en la superficie de cada uno de los sondeos. Será una intervención futura la que pueda determinar con exactitud el perímetro completo de las mismas, concretamente su número y definición en la totalidad del espacio del patio.

Sondeos 5 y 6

En los sondeos 5 y 6 se confirman evidencias claras de cuatro individuos correspondientes con víctimas de la represión. En los sondeos 4 y 7 se han detectado también fosas comunes sin que por el momento hayan aparecido víctimas de represaliados, lo que a juicio de los técnicos no invalida que en el futuro puedan encontrarse una vez se amplíe la superficie de excavación y se profundice en el registro.

Hay que tener en cuenta que la experiencia de otros lugares hablan de una profundidad de dos metros cuando se han hallado restos de represaliados, que generalmente están tapados por algunas capas más de enterramientos posteriores. Sin embargo, en lo encontrado siempre se produce el mismo hallazgo, una superficie de losas de Tarifa a modo de lápida y bajo ella los enterramientos.

En el sonde 5 se han podido recuperar ocho casquillos de fusil Mauser y cinco casquillos de arma corta, testimonios que se consideran más que suficientes para demostrar el fusilamiento y su posterior tiro de gracia de las víctimas enterradas en la fosa.

Obviamente, a los represaliados no se les fusilaba en las fosas, sino en la pared exterior del cementerio. El motivo de encontrarse los casquillos obedece a un intento de ocultación de pruebas de tales fusilamientos, dejando limpio de vestigios los paredores.

Concluyendo, el estudio considera que se han cumplido los objetivos al constatarse la presencia y delimitación de las fosas comunes y de restos de víctimas de la represión franquista. Ahora tendrá que ser una futura intervención en extensión la que pueda definir concretamente el perímetro de cada una de las fosas detectadas -algunas cortadas por muros construidos con posterioridad-  y registrar la totalidad de los represaliados para proceder a su exhumación.

Una vez terminado el trabajo se ha procedido a adaptar las medidas de conservación necesarias, tanto del material antropológico documentado como de los propios sondeos para preservarlos de su deterioro, en espera de una nueva fase de investigación arqueológica y antropológica.

¿Qué es lo que falta ahora? Realizar una previsión económica de lo que puede costar una segunda fase, que se antoja costosa y dar el visto bueno. Obviamente, en todo este proceso quien más tiene que decir, antes incluso que las administraciones, son los familiares de las víctimas que fueron los que propiciaron esta primera fase de constatación.

Tal es la importancia del consentimiento de los familiares que en las excavaciones se han encontrado con restos de mortales que no había sido represaliados y han estado sellándolos y resguardando de cualquier daño para luego ser nuevamente sepultados sin siquiera moverlos.

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