Era una acto que se resistía. Sobre todo porque secelebran otros de similar naturaleza pero siempre se olvidaba al gran protagonista en la vida de la inmensa mayoría de las personas. El maestro. El profesor. El hombre o mujer que después de los padres, forman la columna vertebral en la intelectualidad de cada persona.
Este martes tuvo lugar por fin en el Centro de Congresos Cortes de la Real Isla de León, en un acto presidido por la alcaldesa de la ciudad, Patricia Cavada; el primer teniente de Alcaldía, Francisco Romero; el delegado municipal de Educación, Antonio Roja y la delegada de Igualdad y Políticas Sociales, Ana Lorenzo, además del delegado territorial de Educación, Juan Luis Belizón.
Un maestro, Manuel Rondán, fue el encargado de decir las primeras palabras, encargo de Antonio Rojas en la misma mañana del acto. Breve intervención, pero intensa reflexión de lo que es un maestro, los quijotes que lo dan todo buscando la ilusión de no recibir nada y el honor de ser quijote, que no todos pueden serlo "porque hacen falta Sancho Panza, Dulcinea..."
Luego fueron pasando los homenajeados, los reconocidos por el escenario, de cinco en cinco, de colegio en colegio, a recoger un recuerdo de ese acto que Roldán agradeció en sus palabras anteriores, tras las del propio delegado municipal de Educación, Antonio Rojas, que explicó el sentido del homenaje, la justicia, tardía del homenaje.
El delegado territorial de Educación dio las gracias a los docentes y les pidió perdón porque no siempre se había podido llevar a cabo ese proyecto que tenían algunos, no siempre se les ha respondido desde la Administración como se merecían.
Y la alcaldesa recordó que todos los cerebros fugados y los que quedan, antes de decidir estudiar una materia en concreto, fueron alumnos de esos hombres y mujeres dedicados a la enseñanza, a transmitir el conocimiento, la educación, las herramientas del diálogo.
"Todos recordamos el nombre de algún profesor", dijo Patricia Cavada, cuando a lo largo de la vida se olvidan tantos nombres de personas con las se ha vivido. Todos recuerdan lo que les enseñaron, pero también los profesores aprendieron de cada uno de sus alumnos, de ahí el vínculo que hace que profesor y alumno, alumno y profesor, no puedan entender su propia historia sin la historia del otro.
Por eso en el obsequio que se les entregó se puede leer un proverbio hindú que dice:
"Con mis maestros he aprendido mucho. Con mis colegas, más. Y con mis alumnos, mucho más".
El acto se venía celebrando hasta 2011, cuando dejó de hacerse. Al recuperarse se ha querido homenajear a todos los maestros y profesores jubilados desde 2011 a 2016.
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