De los pocos puntos resolutivos del Pleno del mes de enero sólo uno pasaba de un mero trámite y además va a suponer un cambio importente, a nivel estructural y económico, visto desde distintos ángulos, en algunos casos con precaución controlada y en otros de forma drásticamente entendida como una pérdida irreparable.
El equipo de Gobierno liderado por Patricia Cavada y apoyado por el andalucista -con partido o con asociación, pero como andalucista se presentó a las elecciones municipales- Francisco Romero, llevaba por segunda vez al pleno la modificación puntual el PGOU en el ámbito del polígono industrial de Fadricas, la prolongación natural del complejo Bahía Sur.
El objetivo era cambiar lo que estipula el Plan General de Ordenación Urbana de 2013 en aquella zona, donde hasta ahora y así seguirá hasta que la modificación sea aprobada definitivamente, no era posible el uso hostelero e incluso lo que existe quedó fuera de ordenación.
Esta vez el Gobierno local seaseguró de contar con menos oposición que la vez anterior y Ciudadanos se convirtió en la fuerza necesaria para sacar adelante lo que va a ser un cambio sustancial, que no algunos no esperan que sea muy sustencial pero que a tenor de las noticias que existen sobre el particular puede ser tanto sustancial como sustancioso.
Ya anunciaba andaluciainformacion.es la intención de la multinacional Kentucky Fried Chicken (KFC) cuyo negocio es el de restaurantes de comida rápida especializados en pollo frito. Con sede en Louisville, Kentucky, en Estados Unidos, es la segunda mayor cadena del mundo de la restauración (medido por las ventas) después de McDonalds, con 18.875 puntos de venta en 118 países y territorios a partir de diciembre 2013 . La compañía es una subsidiaria de Yum! Brands, una empresa de restaurantes que también es propietaria de los Pizza Hut y Taco Bell cadenas.
Pues bien, difícilmente se puede confirmar la llegada de esa empresa sin contar con la modificación del PGOU que permita el uso del solar donde estaba la nave Miró -en este caso-, por lo que es de esperar que una vez aprobada esa confirmación llegue.
Lo mismo puede ocurrir con los que se dice sobre un cambio de ubicación de MacDonalds, ahora frente a la puerta principal de Bahía Sur y en terrenos ganados al Club La Salina. Además de estar obligada a pagar un precio desorbitado, como suelo ocurrir en la zona que gestiona la multinacional Rodamco y por lo que muchas firmas (sobre todo de San Fernando) han tenido que emigrar.
A nadie se le escapa que es más que probable que quede libre la parcela de entrada al polígono donde ahora existe un depósito de enseres y que podría poner a un tiro de piedra a una multinacional y al otra.
Reticencias
Las reticencias, sin embargo, existen, y no sólo por parte del Partido Popular que tanto en el Pleno como en rueda de prensa posterior ha denunciado que se hurta espacio industrial a una ciudad con poco suelo para ello, Máxime con un polígono como Fadricas II que está como está por la mala cabeza de algunos. Sin embargo, allí sí se permite el uso hostelero.
Los comuneros no se oponen si la hostelería que entre es complementaria a la actividad industrial, pero un exceso de establecimientos de este tipo podría provocar un efecto no deseado porque cualquier foco hostelero conlleva la llegada masiva de gente -si funciona bien- y los efectos colaterales de ese tipo de aglomeraciones.
En realidad a lo que nunca se han opuesto en el polígono ha sido al uso comercial -que implica cierto uso hostelero- como una especie de ampliación del complejo Bahía Sur. Y con unos horarios acordes a lo que hay ahora.
El otro punto, aunque no resolutivo sino una moción, es el traslado del Museo Histórico Municipal al Castillo de San Romualdo y los fondos ahora acumulados en estancias sin las debidas condiciones de conservación, a unas instalaciones idóneas en el Padre Franco.
Ahí fue toda la oposición la que se opuso, pero eso no va a influir en los planes del Gobierno puesto que el traslado -o los traslados- no competen al Pleno sino a la Alcaldía. Por eso era una moción, que no deja de ser un ejercicio político.
Precisamente en esa consideración las cosas se ven de dos formas diferentes. Por parte de la oposición como el traslado de la Alcaldía al Museo y por parte del Gobierno como el traslado del Museo al Castillo.
¿La diferencia? Pues que mientras y sobre todo el PP lo ve como un “capricho” de la alcaldesa por tener una Alcaldía más bonita, la alcaldesa lo ve necesario porque ni el Museo ni el edificio que alberga los fondos reúnen las condiciones mínimamente exigidas. El Museo no es accesible y el depósito lo mismo se cae antes de que lo cambien.