Le escribió a un paisano, Pepe Oneto, enviándole su primera novela y diciéndole que le gustaría que estuviera presente el día que San Fernando fuera el escenario de su puesta de largo. Carmen Guaita obtuvo respuesta positiva y Pepe Oneto estuvo en la presentación en el Centro de Congresos, entusiasmado, para empezar, con el título de una novela, él, que durante buena parte de su vida ha sido un buscador de títulos. De titulares. De frases contundentes.
Y es que el título de la primera novela de Carmen ya es sugestivo, tremendo, rotundo, bello en toda la extensión de la palabra. Jilgueros en la cabeza. Pepe Oneto unió su vida a la de la protagonista de esa ópera prima, porque las dos contienen, la del periodista y la de la escritora, tantos nexos de unión como lugares San Fernando, como recuerdos San Fernando, como vivencias atesoran la escritora y el periodista.
Y Enrique Montiel, escritor, que se leyó la novela no como un lector ocasional sino como un novelista, que ese era su papel en el acto, dijo de la obra lo máximo que se puede decir, que la palabra se hace carne, que los personajes cobran vida, que cuando un personaje cobra vida en una novela es porque la propia novela tiene vida propia.
Y dijo Montiel que Carmen Guaita sabe jugar y engarzar las personas de los verbos y convertirlas en personajes, hablar en primera, en segunda y en tercera persona en el mismo espacio, una tras otras, todas la misma; todas distintas. Trinidad de trinidades.
Carmen, a la postre, dijo que muchas veces se asustaba cuando la gente habla de los personajes de una novela, ficciones construidas de palabras, como si fueran de carne y hueso. Pero es que ese es el milagro de la literatura.
Esta vez, además, la presentación del libro contó con un plus de belleza, de plasticidad, de distinción. Distinción de distinto. Fragmentos de la novela iban siendo vocalizados por la actriz Laura Auzmendi, en penumbra el resto de la sala, como bocanadas de aire que iban saliendo de las páginas del libro. Salían las anécdotas y salían aquellas personas que las habían provocado, que las habían inspirado. Estaban allí, algunos de carne y hueso aunque eran parecidos con la realidad. Carmen decía que la novela no es autobiográfica, pero qué autor no refleja -refleja- parte de su vida, sus sensaciones, sus recuerdos... en la creación de otro. Aunque sean letras sobre un papel. Aunque luego cobren vida. Milagro de la literatura.
Su afición misma a la música clásica. Norma sonando por los altavoces del local, Casta diva, el arias de las arias. Casta Diosa que plateas /estas sagradas ancestrales plantas,/a nosotros vuelves del bello semblante. / Sin nubes y sin velos. Era el ambiente en el que todos sentían lo mismo. Lo escribió Carmen Guaita.
La autora
Carmen Guaita (Cádiz, 1960) es licenciada en Filosofía y maestra en ejercicio. Jilgueros en la cabeza es su primera novela, pero ha publicado ya una biografía — Víctor Ullate, la vida y la danza (2013)— y un buen número de libros sobre educación y ética: Cronos va a mi clase (2015), Memorias de la pizarra (2012), Cartas para encender linternas (2012), La flor de la esperanza (2010), Desconocidas, una geometría de las mujeres (2009), Contigo Aprendí, (2008), Los amigos de mis hijos (2007). Ha publicado también como coautora: Vaticano II, un tesoro escondido (2014); Autoridad, disciplina y educación, tres palancas del entorno escolar (2011); Apuntes educativos: el lenguaje en la Educación Primaria (1994) y La frustración grupal (1980).
Es miembro de la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España, y de la Comisión de Garantías y Deontología de la Confederación Europea de Sindicatos Independientes CESI, así como jurado de los Premios Acción Magistral, Investiga, Nacional de Fomento de la Lectura y Nacional de Poesía.
Es colaboradora de RNE y de las revistas Escuela y 21RS. Publica artículos sobre temas educativos en revistas profesionales y generales.
Presenta conferencias y ponencias en congresos y cursos para docentes y ha dirigido cursos en varias universidades españolas. Participa habitualmente en Escuelas de Padres.Pertenece a la ONG Delwende que sostiene proyectos educativos en África, Asia y Latinoamérica.
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