Devoción, fervor y muchas lágrimas derramadas. Es el sentimiento que cada 16 de julio se vive en el muelle de Gallineras con motivo de la procesión marinera de la Virgen del Carmen, otro de los actos tradicionales y más llamativo de la Feria del Carmen y de la Sal de San Fernando. El problema, como días atrás, es que el calor restó público a un acontecimiento que suele dejar pequeño el muelle a la hora del embarque de la imagen.
Y es que había que cumplir fielmente con el horario de mareas tanto para la salida como para la llegada de la embarcación que transportaba a la Virgen del Carmen Gallineras, que estuvo patroneada por la alcaldesa isleña, Patricia Cavada, y escoltada por otra embarcación con la corte de salineras. Por ello, a las 15.40 horas la imagen salía de su pequeña capilla junto al muelle y a hombros de la cuadrilla de mujeres se encaminó hacia la zona de embarque, donde llegó con puntualidad británica y partió a la hora prevista, que no era otra que las cuatro de la tarde.
Tres cuartos de hora de travesía por las aguas del caño de Sancti Petri acompañada de los sones de los fuegos artificiales y de las bocinas de las numerosas embarcaciones que año tras año acompañan a la Virgen del Carmen en su recorrido, de todos los gustos, estilos y colores convirtiendo las aguas del caño en un auténtico espectáculo para la vista.
A las cinco menos cuarto, llegó la embarcación al pantalán de La Magdalena del recinto ferial, donde se produjo la ofrenda floral a cargo de la alcaldesa, y camino de vuelta para llegar de nuevo a Gallineras y repetir el recorrido hasta recogerse en su capilla.
Día de Niño y caballos
El jueves de Feria en el recinto de La Magdalena también ha estado marcado por la presencia de la caravana ecuestre de la Asociación Hípica de La Isla, así como por la celebración del Día del Niño en el que las atracciones oscilarán entre los 2 euros y los 2,5 euros.
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