Por fin no hubo preocupaciones en el Martes Santo. Uno de los días más castigados en la última década y con mañanas grises. Por fín los cofrades se mostraban alegres en el Parque, en la Pastora y en San Francisco. Hacía muchos años que el Martes Santo no mostraba la cara soleada de este año y lo hacía en un año que pasará a la historia por ser el primero en el que la Virgen del Buen Fin pasó por el paseo al que da nombre en el Parque Almirante Laulhé. La cofradía del barrio del Parque sigue creciendo a pasos agigantados con el paso completamente tallado y el estreno del llamador diseñado por Joaquín Domínguez y realizado por Miguel Cuadros. Gran noche la de la cofradía del Prendimiento, repitiendo el itinerario del año pasado y afrontando Capuchinas desde la calle Colón.
La cofradía del Huerto también estaba exultante. Después de años duros de lluvia y fallecimientos inesperados de hermanos, en esta ocasión la Reina del Huerto volvió a cautivar los corazones isleños. La del Parque estrenaba paseo y la de la Pastora, orgullosa de su corona. Si la agrupación Sagrada Resurrección acompañó al Prendimiento, el Huerto estrenó a la agrupación Jesús Nazareno de la Fuensanta de Morón de la Frontera, con un gran nivel. La cofradía lleva varios años cuidando el nivel de la música. Era el último año del paso de misterio, sin los apóstoles que realiza Fernando Aguado y que se prevé su salida en 2016.
La trilogía de cofradía se completaba con la Caridad. La cofradía recordaba con luto y por la mañana, al que fuera su hermano mayor, Enrique Quijano Cantaloba y procesionaba con toda la tranquilidad que daban los pronósticos. Nueva capilla lateral de los hermanos Delgado para seguir avanzando en el trono de plata de la Virgen, a los sones de la banda Maestro Agripino Lozano. Fue un gran Martes Santo, entre olivos y el sudario de Caridad.
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