Las declaraciones del alcalde de San Fernando, José Loaiza, sobre el destino del servicio de recogida de residuos, reciclaje y Punto Limpio, dando a entender que lo que se quiere es un buen servicio “con esta empresa o con otra”, deja en el aire la duda razonable de si el Gobierno municipal está por la labor de solucionar de una vez por todas este asunto o está dispuesto a tropezar dos veces en la misma piedra.
La empresa que llegó a San Fernando como la salvación a una situación tercermundista y que además ocasionó una descomunal subida del precio del servicio que se dio por buena a condición de que La Isla fuera por fin una ciudad razonablemente limpia, ha acumulado un largo currículo de incumpimientos certificados por los técnicos municipales en sendos informes, tanto en lo que se refiere a la limpieza viaria como a la recogida selectiva de residuos. Amén de actividades que parece que es costumbre entre las concesionarias de esa clase de servicios, la de realizar trabajos externos con el material contratado de manera finalista.
Bien sabrá el alcalde lo que tiene en mente y cuáles son sus intenciones, si realmente está por la labor de provocar la catarsis que necesita la ciudad o se va a conformar con un acuerdo con una empresa que ha sembrado muchos conflictos en muchas ciudades y entre cuyas bondades no está precisamente adaptarse a las particulares condiciones económicas de los ayuntamientos en los que presta servicios.
Pero sea lo que sea lo que decida, bien haría en tener en cuenta que ahora tiene en sus manos la herramienta necesaria para acabar con la situación y que todo depende que la use sólo para reparar un coche viejo antes que para alquilar uno nuevo.
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