El Ayuntamiento pone en marcha un plan para el remozado de las fachadas de unas 200 fincas, en su mayoría situadas en el casco histórico.
El Área de Desarrollo de la Ciudad ha puesto en marcha un plan al que ha denominado La Isla, más bonita que nunca mediante el cual se pretende que los propios propietarios de alrededor de 200 fincas de la ciudad, la gran mayoría situadas en el casco histórico, adecenten la fachada y sus ornatos con vistas a que San Fernando pueda ofrecer su mejor cara.
El delegado del área, Ángel Martínez, anunciaba que a tal efecto se va a realizar una campaña de concienciación entre los titulares de dichas fincas en mal estado e incluso desde el Ayuntamiento se va a ser lo más permisivo posible y no se descarta, en la medida de lo posible, que haya una colaboración. Es más, para ello podrán acogerse a la exención del pago de la cuota por pintado de fachada y encalado desde el 15 de mayo hasta el 30 de junio, tal y como establece el artículo 6 de la Ordenanza Fiscal 29.
No se trata de una iniciativa novedosa, porque es algo que se ha puesto en marcha en San Fernando en muchas ocasiones con la llegada de la Feria o de acontecimientos singulares, como la celebración del Diez hace dos años, además de generalizada en muchos municipios hasta el punto de que forma parte de la tradición.
"Esperemos que la ciudadanía colabore", afirmaba Martínez, quien afirmó que, por el momento, "no va a haber medidas coercitivas", como ya sucede en otros municipios cercanos donde se multa a los propietarios que no mantienen sus fachadas en buen estado.
Ahora bien, si la respuesta al plan puesto en marcha por el Ayuntamiento es mínima, no es descartable que haya un segundo requerimiento y que, en esta ocasión, sin que se hable todavía de medidas coercitivas porque se espera de que sean muchos los que sí apuesten por embellecer sus fincas, las cosas no sean iguales.
Eso independientente de que hay fachadas cuyas condiciones de abandono ponen en peligro la seguridad del viandante y, en estos casos, el Ayuntamiento está obligado a actuar de manera subsidiaria para normalizar la situación en el caso de que el propietario no haga caso al requerimiento municipal.
Por lo tanto, se podría decir que el Ayuntamiento invita a resañar las fachadas o, en caso contrario, se vería obligado a adoptar medidas que, por ahora, no ha planteado poner en marcha.