San Fernando

La niña Mari Luz Cortés ?pagó? por todos los errores judiciales

Una cadena de fallos administrativos permitió eludir la cárcel durante años al presunto asesino

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  • Tras buscarla en rías y marismas, seguir su pista hasta Marruecos y Nápoles, y convocar manifestaciones, el cadáver de la niña apareció 54 días después. -
A las cinco de la tarde del pasado siete de marzo comenzaba el calvario para la familia Cortés. Mari Luz, de apenas cinco años, desapareció en las calles de su barrio onubense cuando salió a la calle para comprar chucherías.

El recuerdo del caso Madeleine, ocurrido a menos de 200 kilómetros de la barriada onubense de El Torrejón, o el del niño desaparecido Yeremi Vargas hizo temer lo peor desde el principio a vecinos, familires y amigos.
Tras buscarla sin un segundo de respiro, días y noches, en rías y marismas y seguir su pista hasta ciudades como Marruecos o Nápoles, se llegaron hasta a convocar manifestaciones en Huelva, Sevilla y Madrid.
Por desgracias, los malos presagios se cumplían y el cadáver de la niña apareció flotando en un muelle del Río Tinto, 54 días después de su desaparición.

El cerco se estrechó entonces sobre el principal sospechoso, un vecino que había huido por miedo a represalias.
Santiago del Valle fue detenido el 25 de marzo en un pueblo de Cuenca.
Las contradicciones entre su declaración y la de su mujer sirvieron para inculparles.
Los antecedentes por pederastia del presunto asesino y la cadena de errores judiciales que le permitieron eludir la cárcel durante años convirtieron el caso en un escándalo sin precedentes.
Juan José Cortés, el digno padre de Mari Luz, exigió que se depurasen responsabilidades, y el presidente del Gobierno lo recibió en Moncloa.
Rafael Tirado, el juez que no ejecutó una sentencia pendiente contra Del Valle por abusos sexuales, fue multado con 1.500 euros, pero la Fiscalía recurrió el fallo por parecerle insuficiente. Continuará en 2009.

¿Cómo eres: cilindro, campana o diábolo?

Si es mujer, despídase de la 40, la S o la G. Las tallas tal y como las conocíamos hasta ahora tienen los días contados porque, según Sanidad, no se ajustan a las formas de las españolas.
Los datos de un estudio antropométrico de la población femenina realizado en febrero mostraron que pese a que el 86% de las mujeres se encuentra en un rango de peso “convencional”, más de un tercio tiene problemas para vestirse.

Después de analizar una muestra de 10.415 voluntarias, este trabajo puso de manifiesto que en nuestro país existen tres morfotipos generalizados.
Así, las españolas son diábolo -hombros y caderas más anchos que cintura-, campana -caderas más prominentes- o cilindro -sin curvas-. Según avanzó Bernat Soria, el nuevo patronaje -que ya se discute con los empresarios- en vez de señalar un modelo único deberá contemplar varios parámetros, como las medidas del pecho, cintura y cadera. Los hombres se someterán a un estudio similar.

José Tomás: una historia de gloria, sangre y arena

El año que acaba ha sido uno de los más intensos que se recuerda en los ruedos, por la llegada de nuevas figuras y sobre todo por los triunfos y sustos de un mito llamado José Tomás.
Tan rotundo ha sido el éxito de José Tomás este año que ha conseguido poder de acuerdo a todo el mundo a su paso por Las Ventas, era su gran reto desde que apareciera el año pasado.
Cortó siete orejas en sólo dos corridas.
Y es que existen unas cuantas fechas inolvidables en la historia del toreo, históricas. Hay un puñado de toreros de leyenda, muy pocos.

El 5 de junio se dio en Las Ventas una difícil conjunción: la tarde más gloriosa del último cuarto de siglo estuvo protagonizada por el diestro más importante desde Manolete.
Aunque los números nunca hacen honor a este hombre profundamente introvertido, ahí van los de sus dos tardes en Madrid: primero, cuatro orejas en dos toros. Después, tres orejas y otras tres cornadas.
Una apoteosis de arte y sangre ante toros-toros que apagó las voces críticas y se vio refrendada por el rabo y el indulto de un toro en Barcelona en su despedida de otra breve pero intensa temporada española.
En su segundo año tras el regreso, el Monstruo de Galapagar consiguió lo más difícil: superar la estatura de su mito.
Por el momento, sus proezas tienen vistas de continuar el año que iniciamos.

Valentino dijo adiós a la moda

La cita fue en el Museo Rodin de París. La casa del gran escultor acogió el último desfile de alta costura del último gran cuturier, el único de la vieja escuela que aún seguía al frente de su etiqueta: Valentino Clemente Ludovico Garavani, o simplemente Valentino. Allí estaban sus mujeres elegantes, lujosas, extremadamente femeninas; sus flores, encajes y lazos; sus vestidos de noche y, sobre todo, un color, el rojo. Su anunciada retirada se consumó con una cascada de rojo, con todas las modelos vistiendo el mismo espectacular vestido de noche en su característico bermellón. Paradójicamente, había sido una colección blanca la que hace cuatro décadas lanzó a la fama al modisto italiano, en el que se basaría para diseñar el vestido de boda de Jackie Kennedy con Onassis.

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