Paola Barba, una joven y talentosa clarinetista nacida en 2002, ha recorrido un largo camino desde sus inicios en San Fernando, donde desfiló tras los mantos de las vírgenes isleñas, hasta su gira por Europa y su actuación en el Carnegie Hall con la European Union Youth Orchestra. En esta entrevista, la cañaílla, que se ha formado en la prestigiosa institución musical Musikene y que continuará su formación en Frankfurt, habla de sus primeros pasos en la música, sus desafíos y logros, y cómo ha combinado su pasión por el clarinete con su deseo de seguir creciendo como artista.
Entrevistador: Buenas, Paola. Enhorabuena por todo lo que está consiguiendo; es un placer poder charlar con usted.
Paola: Buenas. ¡Gracias por tenerme aquí!
E: ¿Cómo comenzó su relación con el clarinete y la música?
P: Mi relación con el clarinete comenzó por pura casualidad. Si no hubiera sido de San Fernando, probablemente nunca habría tocado este instrumento. Recuerdo que saliendo de mi colegio, el Liceo, me dieron un panfleto de publicidad sobre la Escuela San José, donde ofrecían clases de varios instrumentos. Cuando llegué a casa, le enseñé el panfleto a mi madre y le dije que quería tocar el clarinete.
E: ¿Por qué el clarinete?
P: Desde pequeña, mis padres me llevaban a ver todos los pasos de Semana Santa, y las bandas me impresionaban muchísimo. Recuerdo cómo los bombos resonaban en mi estómago y eso quedó grabado en mi mente. Así que, cuando vi la oportunidad de tocar un instrumento, elegí el clarinete, ya que es uno de los que más se ven en las bandas de música. Mi sueño era formar parte de una banda de Semana Santa, lo cual conseguí años más tarde.
"Las bandas me impresionaban muchísimo. Recuerdo cómo los bombos resonaban en mi estómago y eso quedó grabado en mi mente"
E: ¿Cómo ha sido la experiencia con la European Union Youth Orchestra?
P: La experiencia con la European Union Youth Orchestra ha sido hasta ahora mi mayor logro. He estado de gira por Bélgica, Berlín, Viena, Lucerna, Edimburgo y Nueva York, entre otras ciudades. Tocar en lugares tan emblemáticos como el Carnegie Hall o el Konzerthaus de Berlín ha sido increíble. Estuve rodeada de jóvenes talentos de toda Europa, y aunque al principio imponía un poco, la experiencia fue sumamente enriquecedora. Tocar piezas tan importantes como el bolero de Ravel como clarinete solista fue un antes y un después en mi formación.
E: ¿Hay alguna anécdota que puedas compartir de estas giras?
P: Bueno, éramos jóvenes entre 16 y 26 años de 26 países diferentes, todos juntos durante seis semanas, así que te puedes imaginar que fue como un gran hermano musical. Anécdotas hay muchas, como esos compañeros que se quedaban hasta las tantas en el río Danubio y al día siguiente hacían esperar al autobús para salir. Aunque somos muy profesionales, también somos jóvenes y disfrutamos del viaje.
E: ¿Dónde estudió y cómo ha sido su experiencia?
P: Empecé en la banda Agripino Lozano con apenas trece años, y realicé mi primera Semana Santa. Luego, continué mis estudios en el Conservatorio de Cádiz, completando toda la educación reglada allí. Más tarde, decidí dedicarme a la música por completo y me presenté a las pruebas de acceso para el Centro Superior de Música del País Vasco, Musikene. La experiencia en Musikene ha sido dura, no lo voy a negar. Estar a mil kilómetros de casa, en una cultura tan diferente como la del País Vasco, fue un gran desafío. Sin embargo, decidí ir porque allí estaba mi mentor, José Luis Estellés, uno de los mejores clarinetistas a nivel internacional. No me arrepiento de nada; él ha sido y seguirá siendo mi profesor.
E: ¿Cómo se adaptó al País Vasco? ¿Qué le sorprendió más?
P: Aunque no lo parezca, en Musikene no hay muchos estudiantes vascos. De hecho, hay muchos andaluces. Es sorprendente la cantidad de andaluces que tienen que salir de su tierra para labrarse un futuro musical. Allí encontré una comunidad de personas con experiencias similares a las mías, y juntos compartimos momentos increíbles. La adaptación no fue fácil, pero me sorprendió encontrar una pequeña comunidad de andaluces con la que me pude sentir acompañada.
E: Accedió a Musikene en 2020, un año marcado por la pandemia. ¿Cómo fue la prueba de admisión en esas circunstancias?
P: Normalmente, las pruebas de acceso son presenciales, pero ese año tuvimos que hacerlas a través de vídeos grabados en casa y entrevistas online. Recuerdo que hice las pruebas apenas dos semanas antes de la selectividad, y a pesar de dedicar poco tiempo a los estudios de selectividad, obtuve una muy buena nota, un 13,6. En las pruebas para Musikene, conseguí la mejor nota, un 9,5 de media, para solo dos plazas a nivel nacional de clarinete, así que estaba muy contenta.
"Estoy muy emocionada de poder seguir mi formación con Laura Ruiz"
E: ¿Piensa seguir formándose?
P: Sí, voy a seguir formándome. Ahora que he terminado el grado universitario de cuatro años, me marcho a Alemania, a Frankfurt, donde he conseguido plaza en la HfMDK de Frankfurt. Estoy muy emocionada de poder seguir mi formación en uno de los centros más reconocidos de Alemania, con la profesora Laura Ruiz, también española.
E: ¿En qué estilo de música está enfocada actualmente y cuál le gustaría explorar en el futuro?
P: Aunque me gusta mucho la música para clarinete solista, disfruto más tocando música de cámara, en conjunto, ensamble y orquestal. Ahora mismo, lo que más me apasiona es el clarinete bajo, un instrumento afín al clarinete tradicional, pero con un timbre que disfruto mucho al tocar en orquesta. He colaborado con varias orquestas y cada vez que tengo la oportunidad, elijo el clarinete bajo.
E: ¿Se considera más intérprete o artista?
P: Creo que ambas cosas están muy ligadas. Los compositores crean la música sobre el papel, pero somos los intérpretes quienes la traemos a la vida. Beethoven, Brahms, Bach, todos ellos suenan a través de nosotros, los intérpretes. Me considero artista porque, al fin y al cabo, somos quienes damos vida a esas obras de arte y las compartimos con el mundo.
E: Previamente estuvo colaborando con la Fundación Barenboim. ¿Cómo surgió esa oportunidad y cómo fue la experiencia?
Siempre busco ampliar mi red de contactos, y aunque no pueda ejercer mi labor todavía en Andalucía, siempre me encanta volver y conocer a otros músicos andaluces. La Fundación Barenboim, impulsada por la Junta de Andalucía y con sede en Sevilla, me llamó la atención por su prestigiosa academia de estudios orquestales. Estaba interesada en trabajar con Pablo Barragán, un clarinetista solista internacional y andaluz. Hice las pruebas de acceso y me aceptaron, así que estuve un año entero recibiendo clases con él. Además, toqué con la orquesta de la fundación en diciembre, bajo la batuta de Nuno Coelho.
"Me considero artista porque, al fin y al cabo, somos quienes damos vida a esas obras de arte y las compartimos con el mundo"
E: ¿Cuál prefiere, el clarinete si bemol o el clarinete bajo?
P: Estoy enamorada del clarinete bajo. Tengo la suerte de tener uno propio, lo cual no es lo usual, y cada vez que puedo, lo toco. En mi último encuentro con la EUYO, toqué el papel de Sancho Panza en el poema sinfónico de 'Don Quijote' de Strauss, que es uno de los papeles más importantes en la literatura orquestal para clarinete bajo. Fue un verdadero honor y una experiencia increíble representar a Sancho Panza, uno de los personajes literarios más icónicos, y más siendo española.
E: La música requiere de muchos sacrificios. ¿Cómo ha lidiado con eso?
P: Es cierto, la música es una amante muy celosa y exige mucha dedicación. He tenido que sacrificar muchos momentos importantes con mi familia y amigos, como cumpleaños y Navidades. A veces es duro, y te preguntas si vale la pena, pero luego subes al escenario y todo cobra sentido. Esos momentos en el escenario son mi lugar, donde siento que todo el sacrificio merece la pena.
E: ¿Cuándo supo que se dedicaría a la música de manera profesional?
P: Durante el instituto, siempre fui buena estudiante, pero lo que sentía al hacer una audición de clarinete era incomparable con sacar un diez en matemáticas. Desde entonces, supe que la música era lo que realmente me llenaba y lo que quería hacer.
E: ¿Quiénes son sus referentes en el mundo de la música?
P: Mis referentes son aquellos que han salido de donde yo misma y lo han conseguido todo. Pablo Barragán, un clarinetista andaluz que hoy es uno de los más reconocidos en el panorama musical, es uno de ellos. Laura Ruiz, mi futura profesora en Frankfurt, también es otro ejemplo de cómo se puede llegar lejos partiendo desde Andalucía.
"Siempre fui buena estudiante, pero lo que sentía al hacer una audición de clarinete era incomparable con sacar un diez en matemáticas"
E: ¿Le gustaría volver a vivir en tu tierra natal algún día?
P: Sí, me encantaría volver a Andalucía. Soy una enamorada de mi tierra, y siempre que puedo vuelvo a casa. Sin embargo, profesionalmente, es complicado compatibilizar mi amor por la música clásica con vivir en Andalucía. Aquellos que logran quedarse en su tierra haciendo música clásica no saben la suerte que tienen, y los envidio mucho.
E: Por último, ¿qué consejo le daría a los jóvenes que están empezando en la música?
P: Que no se rindan. Si realmente sienten que la música es su camino, deben seguir adelante, aunque sea duro. Tendrán que hacer muchos sacrificios, pero si su amor por la música es verdadero, todo ese esfuerzo valdrá la pena.
E: Muchas gracias, Paola, por compartir su historia. Le deseamos todo el éxito en su carrera y esperamos verle pronto en los escenarios más importantes del mundo.
P: Gracias a vosotros por darme esta oportunidad de compartir mi experiencia. ¡Hasta pronto!
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