Lunes por la mañana. Una larga cola de personas en busca de ese pellizco que les solucione la vida a sus hijos, nietos o sobrinos se extiende hasta las vías del tranvía, enfrente de la iglesia de San Francisco. Tras la sonrisa y el movimiento sutil de Ana, quien escanea rápidamente los boletos e intenta aligerar una fila que se ha convertido en una estampa habitual de la calle Real, está la ilusión y la satisfacción de una apuesta que ha salido bien: 'La Lola de Cai' ha caído de pie en San Fernando.
La administración de Lotería se inauguró el 21 de septiembre de 2023, y en menos de un año ha repartido cuatro millones de euros en premios, entre los que se encuentra un quinto premio de la Lotería de Navidad y una Bonoloto. Esta incursión no ha pasado desapercibida entre los cañaíllas y los ha llevado a ser elegidos como Loteros del Año. “Nuestros amigos nos dicen que somos como el Mbappé o Messi de la lotería”, bromean.
"Cuando vi la cara que se le puso a Ana cuando le dejé caer que existía la posibilidad de venir a San Fernando, tuve la corazonada de que teníamos que venir aquí"
Esta administración de Lotería está regentada por una pareja de jóvenes que decidieron echar toda la carne en el asador y emprender una aventura que, por suerte -nunca mejor dicho-, les ha salido bien. Carlos Expósito, un mallorquín más mallorquín que la ensaimada, dejó la tierra de sus amores por amor. Ana Díaz, oriunda de El Puerto de Santa María, quien se dedicaba a la hostelería en Palma de Mallorca, echaba de menos Cádiz y, tras una serie de reveses en su búsqueda de abrir una administración en tierras mallorquinas, el destino los acabó trayendo a otra isla, donde han encontrado la felicidad. “Cuando le dejé caer a Ana que existía la posibilidad de venir a San Fernando y vi la cara que se le puso, tuve la corazonada de que teníamos que venir aquí”, confiesa Carlos.
Juntos hacen un tándem perfecto. Carlos se encarga del tema administrativo y financiero, aunque también atiende en la ventanilla para darle relevo a Ana, quien tiene una larga experiencia de cara al público en su paso por la hostelería, que le ha dejado secuelas en el brazo. Dentro de poco, y si el volumen de ventas se mantiene al ritmo actual, Loterías les permitirá abrir otra ventanilla y trabajar juntos al mismo tiempo.
No obstante, no todo ha sido un camino de rosas hasta llegar al momento dulce en el que se encuentran. Como novatos en el gremio, han cometido fallos que los han curtido y les han permitido prosperar. “Por suerte, hemos encontrado la ayuda de muchas personas en el camino que nos han tendido la mano y nos han proporcionado todo lo que necesitábamos”, comentan.
"Muchas personas en el camino nos han tendido la mano"
La suerte; la suerte del novato... Cuando desembarcaron en La Isla no tenían ni idea de lo que se iban a encontrar, y la sorpresa fue mayúscula: “Se han portado muy bien con nosotros. El boca a boca aquí funciona muy bien. Es cierto lo que dicen de que es una ciudad con alma de pueblo. Cuando vinimos a visitar el local y todo lo que hay alrededor, quedamos sorprendidos. San Fernando tiene una idiosincrasia especial”, confiesa Carlos.
El trato al cliente: la clave
El amor con amor se paga. Ellos corresponden el afecto que les han demostrado los isleños con una sonrisa y una calidez en su trato, que sin duda es una de las claves del éxito que están teniendo. “Tenemos clientes que vienen aquí únicamente a charlar con nosotros. La gente que viene aquí es para nosotros algo más que números. Nos encanta nuestro trabajo. Ver la cara de felicidad y los nervios que tiene alguien cuando ha conseguido un premio no tiene precio. Hay otros negocios que son mucho más rentables, pero vender ilusión es algo que nos encanta. Estamos súper felices”, explican.
"San Fernando tiene una idiosincrasia especial"
La pareja de treintañeros no tiene cábalas ni es supersticiosa; su única creencia es la del trabajo duro y el esfuerzo. Sin embargo, tienen un amuleto: su perra Lola. Lola, que da el nombre a la administración junto al gato de Carlos y Ana (llamado Cai), anda por allí y es su compañera tras la ventanilla. “Lo único que le falta es escanear tickets”, dice con tono guasón Ana, quien tuvo la idea de abrir el negocio.
Y es que a Lola tampoco le vendría mal aprender a manejar el ordenador para gestionar los pedidos que reciben a través de su página web. La fama de esta exitosa administración se ha extendido fuera de Cádiz, y no son pocos los jugadores que quieren jugar un número de estos loteros de manera telemática. “El comercio de la lotería también ha llegado a Internet. Hay que estar adaptado a todo”, indica Expósito, quien se encarga más de este apartado.
‘La Doña Manolita de La Isla’, como ha sido apodada por muchos cañaíllas, seguirá aplicando el método, dedicación e ilusión: porque las personas buenas y las cosas que se hacen con pasión siempre atraen cosas buenas.
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