Los vecinos de Huétor Tájar (Granada) afrontan con incredulidad y "rotundo dolor" la muerte de los dos niños asesinados este lunes por su abuelo, una "tragedia" que comenzó doce horas antes del suicidio del septuagenario, que estaba en tratamiento por problemas de salud mental.
El Ayuntamiento de este municipio de unos 10.000 vecinos del Poniente de Granada ha decretado tres días de luto como respuesta a la mayor "tragedia" de su historia y afronta las primeras horas del drama entre la incredulidad y el llanto.
"Lo vivimos con consternación, dolor y tristeza de todo el pueblo, es una tragedia que ni en el peor de los casos podíamos pensar", ha explicado a EFE el alcalde de Huétor Tájar, Fernando Delgado.
El primer edil sitúa el inicio de la tragedia en el accidente de tráfico en el que murieron la madre y la abuela de los dos niños asesinados este lunes, aunque ha añadido que nadie pudo pensar que la situación familiar pudiera llegar "a este extremo".
Como ejemplo del apego del abuelo con sus nietos, Delgado ha explicado que este pasado viernes el mayor de los dos menores participó en una carrera organizada por el instituto por las fiestas en honor a San Isidro, que también se han suspendido.
El niño, en silla de ruedas por las secuelas que aún tenía del accidente, participó en la carrera empujado por sus compañeros de instituto y seguido de cerca en bicicleta por su abuelo.
"Eran familias normales, humildes, trabajadores, buenos vecinos", ha resumido el alcalde, que ha apuntado que el padre de los dos menores, un administrativo que trabaja en el instituto del municipio en el que estudiaba el mayor de sus hijos, permanece sedado y bajo vigilancia sanitaria.
"Nadie esperaba que este abuelo hiciese lo que ha hecho", ha añadido Delgado, que ha interpretado que algo le ha pasado al septuagenario para hacer algo tan terrible.
Cazador y con licencia de armas
Fuentes municipales han detallado a EFE que el hombre había sido cazador y tenía licencia para el uso de la escopeta que habría utilizado en el suceso.
También que el hombre, jubilado de una empresa de áridos, estaba recibiendo atención especializada por los problemas de salud mental que arrastraba desde el accidente.
La tragedia comenzó poco antes de las 21.45 horas de este domingo, noche de fiestas de San Isidro en el que una llamada de alerta al 112 avisó de que el hombre se había atrincherado en su vivienda con los dos menores.
"Han sido casi 12 horas en vela, todos intentando encontrar una solución para que salieran los niños y tener un desenlace feliz, pero no ha podido ser", ha lamentado el alcalde de este municipio en el que las banderas ondean a media asta.
Cuatro especialistas en este tipo de casos se han trasladado al colegio y al instituto en el que estudiaban los menores para ofrecer atención psicológica y ayudar a la gestión del duelo a los compañeros de los dos menores.