Hace dos años, exactamente a las diez de la mañana, se decía adiós a las tradicionales casetas de los pescadores de la playa de La Casería en San Fernando. Un 14 de febrero de 2022 se iniciaban trabajos de derribo por parte de la Dirección de Costas, poniéndose fin a 80 años de una estampa tan pintoresca y a la singular historia de este típico rincón de La Isla.
Las máquinas hicieron acto de presencia a primeras horas de la mañana con efectivos policiales. A pesar de la dura situación para muchas familias y vecinos, no hubo incidentes, por lo que la ejecución de la orden judicial se llevó a cabo con plena normalidad.
No hubo marcha atrás y los planes de Costas de regenerar la zona daban un primer paso y, por lo visto, único porque 24 meses más tarde poco o nada se ha avanzado en el desarrollo que quería llevar a efecto en dicha franja del litoral isleño.
Lo único cierto que hay a día de hoy es que sigue abierto el litigio con uno de los dos establecimientos hosteleros ubicados a pie de playa, mientras que el otro tiene licencia hasta este 2024. Ambos, obviamente, quieren mantener su posición de privilegio frente a la Bahía de Cádiz. A ellos hay que unir las casetas de los pescadores y sus dueños siguen esperando a ser reubicados lo más cerca posible de la playa, tal y como estaba comprometido.
El proyecto
El proyecto de regeneración de la Playa de la Casería lleva más de dos décadas guardado en un cajón a la espera de ser ejecutado, algo que parecía que iba a ser cuestión de meses una vez que se consumase el derribo de las casetas. El mismo contempla la construcción de un paseo que tiene casi 800 metros de longitud que recorre desde una punta de la playa hasta el conocido como Cementerio de los Ingleses. Otro de los aspectos que aparece recogido en la intervención es la restitución de la antigua batería de La Casería para convertirla en un mirador a la Bahía, así como la creación de una pradera natural en la zona de arena que hasta ahora se usa como.
Obviamente el desarrollo de dichos terrenos pasa por la eliminación de los dos negocios hosteleros que, como se ha señalado antes, uno tiene licencia hasta este año y el otro acudió a la vía judicial.
El paseo constará de tres tramos diferenciados entre sí, el primero el que recorrerá la playa, el segundo que pasa por el náutico y el tercera el que discurre por los aledaños del cementerio. En el tramo de la playa se ejecutará una plataforma ligeramente elevada, que tendrá dos franjas, una para el carril bicil y la otra para uso peatonal. Desde dicho paseo marítimo se construirá una plataforma de tres metros de ancho conducirá hasta la antigua batería de La Casería.
El segundo tramo, que discurrirá frente al club náutico, se amoldará en parte a la configuración actual aunque eliminando la actual zona de aparcamiento de vehículos, que propone trasladar a la explanada cercana. También se pretende proceder a la plantación de arbolado en esta zona. Una de las cosas que llama la atención dentro del proyecto es que Costas plantea la demolición de la estructura del antiguo pantalán de carga situado a la derecha del club náutico, aunque se mantendrá la estructura previa al objeto de convertirla en otro mirador.
El último tramo que rodeará al Cementerio de los Ingleses contará con sendero pavimentado con adoquín de granito.
La actuación incluye la regeneración de la playa una vez ejecutadas las demoliciones con un aporte de arena procedente de préstamo que cubrirá una superficie total de más de 10.000 metros cuadrados.
Todo esto muy bien sobre el papel, pero obviamente quedan muchas cuestiones en el aire, entre ellas, cuánto va a costar esta actuación o si ya existe presupuesto para ella. Hablar de plazos es ya harina de otro costal.
