Los padres de los 52 niños que a partir de este jueves tendrán que mudarse desde el colegio de San Ignacio hasta el Quintanilla para poder recibir el servicio de comedor, toda vez que el edificio de Infantil ha sido declarado oficialmente en ruinas, solicitan que dicho traslado se haga con todas las medidas de seguridad necesarias. Es decir, que los alumnos sean acompañados o bien por Protección Civil o bien por la Policía Local.
“Van a ir acompañados por dos profesoras y tres monitoras, lo que creemos que es insuficiente”, ha señalado a este medio Paloma Pereira, una de las madres afectadas por esta situación, quien además recuerda que “van niños de tres y cuatro años, además de pequeños con necesidades especiales”.
Paloma Pereira también realiza una reflexión sobre la situación que están atravesando desde el pasado mes de septiembre y todas las “falsas promesas incumplidas por unos y otros”, ya que “no sabemos si tanto la Junta como el Ayuntamiento están actuando de esta manera para que nos cansemos y acabemos abandonando las escuelas por nuestro propio pie. Pero ya les digo que ni yo, ni el resto de padres los vamos a consentir”.
De hecho, este jueves por la tarde hay convocada una asamblea de las familias en la que se decidirán la posibles acciones futuras que llevarán a cabo.
El nuevo office de cocina
El pasado mes de septiembre cuando los alumnos del edificio de Infantil del CEIP San Ignacio se tuvieron que trasladar al de Primaria, dado el estado ruinoso del primero, la Delegación Municipal de Educación se comprometió a instalar un nuevo
office de cocina en dicho edificio de Infantil.
Pues bien, según ha podido conocer este medio, el Ayuntamiento se puso manos la obra e hizo la preinstalación de todo lo necesario para que la nueva cocina fuera una realidad más pronto que tarde. Sin embargo, cuando parecía que todo estaba listo para ponerla en funcionamiento todo quedó frenado porque no se había solicitado desde hacía años la OCA. Y es que son las OCAS, pues son los Organismos de Control Autorizado que realizan inspecciones de las instalaciones eléctricas ya existentes.
Es decir, que el hecho de no estar al día en este trámite de la revisión eléctrica del edificio es lo que ha impedido que, a día de hoy, cuente con el
office de cocina que hubiese evitado lo que se va a producir este jueves con el traslado de un centro a otro para poder recibir el servicio de comedor.