Trasladarse y experimentar en tu propia piel el calvario que vivieron los 16 supervivientes del accidente aéreo del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya en los Andes ha sido plasmado magistralmente por J.A. Bayona.
Su película está arrasando tanto en la plataforma de streaming más grande del planeta como en las salas de cine de América Latina y España. Esta megaproducción lleva sello cañaílla. José Luis Ossorio, uno de los responsables de garantizar hasta el más mínimo detalle, tanto en la recreación del avión como en el vestuario de los actores, también conocido como Pepelu, compartió sus experiencias
en una entrevista con Julia Guerrero en su programa matinal Vivir en La Isla en Radio La Isla.
José Luis se dedica al
prop making, esta función no tiene traducción directa al español, pero en pocas palabras es la parte que se dedica a realizar los elementos de atrezzo que manipulan los actores. Ossorio tiene una dilatada experiencia en otras producciones tanto cinematográficas como musicales aunque reconoce que La Sociedad de la nieve ha sido “el punto más alto a nivel laboral y artístico en el que he trabajado”.
“Estoy muy satisfecho con el resultado. Puedo presumir de ello”, afirmaba con una medio sonrisa jocosa.
"Ha sido el punto más alto a nivel laboral y artístico en el que he trabajado"
“Para el espectador promedio,
nuestro trabajo puede pasar desapercibido, pero contribuye a sumergirse más en la historia y facilita mucho la labor de los actores”, explica.
Pepelu está afincado en La Isla y realiza estas piezas que después ven muchas personas desde su taller, además de realizar réplicas por encargo de elementos fantásticos del cine desde su ciudad natal. “
Mi taller arrancó haciendo réplicas para coleccionistas, que procuro seguir haciendo cuando el tiempo me lo permite”, cuenta. Últimamente, no dispone de muchos huecos para emular las piezas por las que comenzó en este mundillo, “señal de que nos está yendo bien”, añade con entusiasmo.
“Estoy orgullosísimo del trabajo que he podido aportar a la película”
Sobre La sociedad de la nieve, la película que lo ha mantenido fuera de su casa durante siete meses de rodaje en Granada,
solo tiene palabras de agradecimiento para el equipo y la mente detrás de todo. “Bayona tuvo que tener una visión muy clara para seguir adelante.
He quedado asombrado: trabajar en algo así y sentirte respaldado tanto económicamente como profesionalmente ha sido increíble. No obstante, mi equipo de trabajo no ha pisado el set de grabación, y
no hemos visto un copo de nieve, debido a la dificultad técnica de desplazar a todo el equipo de rodaje hasta Sierra Nevada. Mi departamento, compuesto por mi compañero y yo, nos tuvimos que quedar en la nave porque había un cupo limitado para subir ”, comenta.
También detalla el proceso de cómo se unió a esta exitosa película. “Bayona no apareció en la puerta de mi taller diciéndome: únete, ojalá. Estas producciones están muy estructuradas. Soy uno de los últimos eslabones en la cadena”.
“Bayona no vino hasta la puerta de mi taller y me dijo: únete”
Su labor en España no es muy conocida y, por lo general, sus tareas son realizadas por otros profesionales menos especializados. “El tema del prop making en España no está muy consolidado”, declara. Este rodaje le planteó un dilema, y en un principio, dijo: no. Desplazar a su familia y a su hija pequeña le suponía un problema, pero gracias al apoyo de sus seres queridos, pudo aprovechar esta gran oportunidad laboral y personal que espera catapultar su trabajo “a otro nivel".
Mucho estrés
Detrás de estas producciones, hay mucho estrés, responsabilidad y exigencia por llegar a la fecha estimada. “Me mandaban retos complejos un lunes y el miércoles tenían que estar listos para poder rodar”. “No es el tipo de cine que suelo consumir.
Quizás no la habría visto si no hubiera participado en ella. Aún así, me ha sorprendido mucho y estoy supercontento con el resultado. Las dos horas y pico que dura la peli se me pasaron volando. Está muy bien narrada; sales del cine, a pesar de lo dura que es la historia, con una sensación de felicidad”, se sincera sobre este punto de inflexión.
“Me mandaban retos complejos un lunes y el miércoles tenían que estar listos para poder rodar”
San Fernando demuestra una vez más que posee algo especial, y no sorprende que grandes producciones se fijen en el talento local.
