El Binomio del Arte funcionó en la plaza de toros de San Fernando hasta alcanzar un pleno los artistas tanto en el ruedo como en el tendido. El vano intento de 30 antitaurinos provocando con insultos a quienes ejerciendo su derecho de asistir a una fiesta declarada Patrimonio Cultural Inmaterial, y este sábado se volvió a demostrar, fue totalmente infructuoso. Las dos artes, torero y cante, perfectamente se acoplaron en el coso isleño alcanzando altas cotas de belleza.
Desde el paseíllo hasta la puerta grande de los diestros, Esteban Guerrero Caracolillo de Cádiz y Alonso Núñez Rancapino Chico mostraron el duende y compás de sus fandangos, bulerías, sevillanas, alegrías y los cantes del eterno Camarón que acompañaron a Alfonso Oliva Soto y David Galván en una tarde que para nada fue fácil.
Ambas cuadrillas brillaron a gran altura destacando los pares de Juan Rojas y David Pacheco, así como el capote de Francisco Javier Vidal Chamaqui.
Con dos tercios de entrada se lidió una corrida de toros de Albarreal, justa de fuerza y de casta, estuvo bien presentada destacando el cuarto que tuvo clase y se desplazó largo. El resto pronto buscaron adentros.
De poca codicia y fuerza el primero de la tarde que no dejó a Oliva Soto (azul rey y oro) lucirse en el capote. Todo el esfuerzo lo puso el sevillano luciendo en los inicios por molinetes, achicando espacios y parones hasta que el manso se lo echó a los lomos sufriendo un revolcón sin consecuencias. Enrabietado, mantuvo el trasteo con momentos de arte y emoción. A pesar que la estocada quedó baja cayeron dos orejas.
Salida con pies del segundo que apenas dejó a David Galván (verde hoja y azabache) moverse a la verónica. Cambió el recibo por chicuelinas, interpretadas con la estética clásica de este torero. Apenas sin picar, la faena tuvo un gran inicio por la derecha y al natural hasta que aprovechó Galván ya que su binomio se apagaría pronto. Un pinchazo precedió a una gran rúbrica premiada con dos orejas.
El tercero de Oliva también saldría con pies, aún sí pudo jugar los brazos para lucirse a la verónica y abelmontadas medias. Un toro que con genio apretaría al caballo y picador a los que derribaría por dos veces sin consecuencias. Con un toro a contra estilo, y sabiendo que su compañero de tarde iría a por todas en el último, el camero puso constancia para robarle los derechazos que tuvo. Su tesón, una gran estocada y un público que reconoció su esfuerzo le llevaron a cortar otras dos orejas.
De principio a fin de faena, en el cierre de la tarde, se pudo ver al David Galván de la presente temporada. Arrollador. Toro castaño al que recibió con cuatro verónicas mirando al tendido y media rodilla en tierra. Con un público entregado, los olés se repartieron al cante y al toreo por igual. Se hizo presente el espíritu de Camarón. Una completa y gran faena del isleño, series largas, de cantidad y trazo, perfectas en el remate. Si con la derecha hubo cante grande, con la izquierda lo hizo aún sublime. No se puede torear mejor. Cerraría con limpias manoletinas y otra gran estocada. El presidente Jacinto Cano no se lo pensó, y como buen aficionado que es pronto concedería el rabo.
Galván vive un momento especial, dulce, el que desgraciadamente no se podrá ver en El Puerto de Santa María ni en La Línea. En plazas como Sanlúcar, que cuentan con un empresario con la sensibilidad de Carmelo, o en San Roque sí cuentan en sus carteles con el isleño que puede con todo y así lo está demostrando tarde a tarde, además de contar sus actuaciones por puertas grande. Ocho de Ocho. Si el año pasado llevó a cabo una gran temporada, en la presente lo está bordando, un torero al que merece la pena seguir y disfrutarlo.
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