Tras tres años sin procesiones el Miércoles Santo,ya que a los dos de pandemia hay que sumarle el 2018 que llovió, La Isla tenía ganas de ver a las tres hermandades que procesionaban ayer por las calles y así se vio en la multitud que llenaba los distintos recorridos de las cofradías.
La primera en salir, la hermandad de Jesús del Gran Poder, una cofradía con un gran itinerario ya que viene desde el barrio de la Bazán. Este era uno de sus grandes novedades ya que el itinerario se había cambiado en gran medida, como el pasar por el puente que lleva su nombre a la ida como a la vuelta, así como a la salida de Carrera oficial, giraba hacia la calle Dolores, Pérez Galdós y saldría por el callejón de Nicolás Carillo a Real. Otra novedad era la túnica blanca del Señor. La hermandad comunicó que la llevará este año en homenaje y reconocimiento a todo el personal sanitario por su labor durante la covid y por la paz.
Vera Cruz salía de su Capilla con una plaza repleta de público para ver esa salida tan característica, debido a las dimensiones de la puerta. En su cortejo se puede destacar el Lignum Crucis, portado por los hermanos. La hermandad tiene un discurrir característico al llevar como acompañamiento musical una capilla de música, lo que le da un carácter de silencio.
La orden de Servitas salía de la iglesia Mayor a las 19.00 horas. Su discurrir siempre solemne, con los hermanos llevando a hombros al Cristo de la Buena Muerte, y con el único templete que procesiona en la semana santa de San Fernando, este año estrenaba la talla del canasto frontal y trasero del paso. La Virgen de los Dolores, una magnífica imagen de autor desconocido, iba bellamente exornada con orquídeas y como acompañamiento , una capilla musical.
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