El Ayuntamiento de San Fernando ha aprobado por unanimidad una Declaración Institucional de apoyo a la candidatura de Las Niñas y Niños de España al Premio Princesa de Asturias de la Concordia promovida por el docente Francisco Cid y que ya ha sido aceptada por la Fundación Princesa de Asturias para su estudio.
La declaración explica que desde finales de 2019 el mundo comenzó a ser golpeado por una pandemia a raíz del Covid 19 que a día de hoy se sigue padeciendo y ello hizo que hizo que durante más de un año la sociedad tuviera que convivir con unas restricciones sólo vistas en las épocas de las grandes guerras mundiales, con cierres perimetrales, confinamientos severos, medidas extremas que no toda la población ha vivido de la misma manera.
Por desgracia, el Covid19 no solo ha afectado a las personas contagiadas, sino que también se ha manifestado de otras maneras en estratos de nuestra sociedad como son el colectivo de las personas mayores y especialmente el de la infancia.
Al daño material vivido y sufrido en todos y cada uno de los hogares españoles donde se pueden localizar víctimas de este virus también hay que sumar el perjuicio indirecto que ha ocasionado.
El empleo en innumerables sectores (cultura, artes, hostelería, feriantes, agencias de viaje…), o la desconexión que las personas mayores han sufrido debido al confinamiento y las normas extremas que se tuvieron que tomar son buen ejemplo de la realidad que llevamos viviendo ya casi dos años.
Cabe destacara un segmento de la población que nos ha dado un ejemplo de cómo comportarnos ante esta pandemia, los más pequeños de nuestras casas, que han dado una lección de compromiso y corresponsabilidad incomprensible por las edades con la que lo afrontaban.
Unas heroínas y héroes anónimos que han aguantado y siguen soportando estoicamente los envites de este virus siendo unos fieles cumplidores de las pautas y normas que todos nos hemos dado para acabar con esta pandemia.
Sin embargo, no ha sido fácil tampoco para ellos. Según un estudio de Save the Children, uno de cada cuatro niños sufre o ha padecido un estado de angustia y ansiedad severo debido a la pandemia, cifras similares a lo que acontece en lugares con conflicto bélico.
La fundación ANAR ha comunicado que, durante el confinamiento en el hogar, el número
de llamadas pidiendo auxilio de menores maltratados, se duplicó.
Esta pandemia, como a todos, les ha robado parte de su infancia. Dos años de vida que con esas edades se vive de manera especial y muy intensa y a muchos de ellos les ha privado incluso de miles de abrazos de parientes tan cercanos como son sus abuelos y abuelas.
Estuvieron meses confinados, aprendieron a convivir en sus casas y se adaptaron como nadie a la nueva realidad. Hoy en día son los primeros que cumplen con las tres reglas básicas de distancia, mascarilla y lavado de manos ejerciendo incluso de “controladores familiares” para su debido cumplimiento.
Nada ha podido con su espíritu de compromiso inherente que tienen con esta sociedad. Una postura que les viene innata y que han cumplido a rajatabla comprendiendo desde el primer momento que la causa era justa y necesaria.
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