Cuando las Madres Clarisas Capuchinas aún no han terminado la mudanza de sus enseres y patrimonio de la orden, en torno a las 10.30 horas de la mañana, se comprobó la presencia en el interior del convento del ecónomo del Obispado de Cádiz y Ceuta, el Padre Antonio Diufaín Mora, acompañado de un notario para levantar acta de cuanto existía en el convento.
La llave del convento sigue en manos de la abadesa, que ahora se encuentra en el convento de San Miguel Arcángel, toda vez que las monjas continúan llevándose enseres y propiedades que aún existen entre las paredes del convento de la calle Constructora Naval. Sin embargo, el portero del convento, que lleva más de 25 años en tal oficio, al percatarse de la presencia extraña en el interior del convento llamó a la Policía Nacional.
Hasta las inmediaciones del convento llegó un coche patrulla y tal como llegaba, del interior del convento, zona del garaje, salía un individuo acompañado del notario. Al final, la Policía Nacional bloqueó el acceso al convento de forma que no puedan entrar hasta que las monjas se puedan llevar todo el contenido de la capilla y sus pertenencias.
La Policía Nacional procedió también a identificar a los ocupantes, de los que se desconoce cómo y por dónde entraron sin llave. Al menos eso es lo que se presume, entendiendo que sólo tiene la llave la anterior abadesa..
Este medio pudo comprobar que junto a una puerta trasera del convento, que da la calle Condesa de Morales también había un hombre en el interior del huerto con mangas remangadas.
Según testigos, se escuchaban martillazos en el interior para abrir puertas.
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