La XXXII edición de la Marcha a Rota contra las Bases ha pasado sin pena ni gloria. Alrededor de medio centenar de personas ha participado este año en esta cita que va perdiendo fuelle con el paso del tiempo, muy alejada ya de convocatorias multitudinarias como la coincidente con la Guerra de Irak. Si ya en la pasada edición no se superaban las 300 personas asistentes, este año se ha reducido al mínimo, sin siquiera presencia de representantes de partidos políticos, y ningún roteño entre los manifestantes.
El motivo ha sido que en esta ocasión han existido diferencias de criterio en el seno de la Plataforma Andaluza contra las Bases Militares, ya que la idea inicial era dejar pasar este año la convocatoria. Desde el Partido Comunista de los Pueblos Españoles (PCPE), que ha organizado la cita en solitario, no se compartía esta idea, considerando que el espíritu antimilitarista de la marcha debía permanecer, aunque fuese con menos apoyo, y así han obrado. De ahí la escasa difusión de la convocatoria, y la poca participación, tan solo del PCPE, Nación Andaluza, y otros colectivos que por problemas técnicos no iban identificados.
Los manifestantes han llegado a Rota desde distintos puntos de la geografía española y andaluza, y han esperado hasta pasadas las doce y media para comenzar a caminar con una pancarta de cabecera en el que rezaba la clásica consigna de esta cita, "OTAN no Bases fuera", lema coreado por los manifestantes entre otros, como 'Gastos militares para escuelas y hospitales", o "Solo sé tres palabras en inglés: yankis go home". Y es que una razón de peso para seguir manifestándose en Rota es, según transmitían a los medios locales presentes desde el PCPE, el hecho de que haya sido desde Rota precisamente desde donde partieron los destructores que bombarderaron Siria.
La comitiva, escoltada por Policía Local y Policía Nacional ha recorrido casi en solitario las avenidas Príncipes de España y San Fernando hasta llegar al control de la Base, donde se han concentrado y han dirigido algunas palabras a los manifestantes. Este año no ha habido necesidad de consensuar un comunicado conjunto con otras organizaciones, por lo tanto no se ha efectuado la entrega simbólica del manifiesto a las autoridades de la Base, como se ha hecho tradicionalmente.
Antes de salir, un miembro de la organización se dirigía a sus compañeros para pedirles tranquilidad, y sobre todo ninguna reacción si se daba algún tipo de enfrentamiento con personas contrarias a esta cita contra las Bases. Desde el PCPE son conscientes de que en Rota no son bien recibidos, aunque contradicen el mensaje de que la Base es una fuente de alimento para Rota, basándose en las recientes declaraciones de miembros del Comité de Personal Laboral Local en la Comisión de Defensa del Congreso, manifestando el incumplimiento de las ratios y la cada vez menor presencia de personal español civil trabajando en la Base, así como el conflicto abierto con los trabajadores del aeropuerto.
Lo cierto es que la Marcha se ha celebrado sin incidentes, salvo algún comentario airado de algún vecino que les ha tildado de hipócritas, aunque en todo momento los agentes de la Ley han llamado al orden para evitar cualquier conato de discusión. Algo contra lo que ya esaban prevenidos los manifestantes, que el año pasado protagonizaron algún enfrentamiento "contra algunos provocadores", e incluso algún enfrentamiento interno, según pudieron saber los medios antes de iniciarse la manifestación.
Tampoco ha cuajado la convocatoria que corría por redes sociales de contramanifestación, que solicitaba a los roteños que acudiesen al control de la Base a defender la presencia en Rota del recinto militar como fuente de empleo y economía para la localidad, como sucediera hace cuatro años de forma espontánea.
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