Es la primera vez que María pone rumbo al Océano Índico para participar en la Operación Atalanta, para Pablo ya son más de dos ocasiones, pero ambos tienen en común la intención de prestar sus servicios y pasarlo bien cuando puedan, para sobrellevar la cuenta atrás lo más rápido posible lejos de casa.
Junto a doscientos efectivos más, la fragata Reina Sofía largó amarras este jueves desde la Base Naval de Rota entre lágrimas y abrazos fundidos en un “hasta pronto” que durará cinco largos meses hasta finales de junio.
Por cuarta vez la F-84, la fragata Reina Sofia pone rumbo a la Operación Atalanta de la Unión Europea, la misión es proteger a los buques del Programa Mundial de Alimentos, a los pesqueros y otras embarcaciones de los piratas en el Océano Índico del tráfico de drogas y armas y garantizar la seguridad de los puertos y bases de la zona.
El buque, al mando del CF Juan José Belizón Izquierdo, cuenta con una unidad aérea de un helicóptero AB-212 un dron UV SCAN EAGLE de la Undécima Escuadrilla, un equipo de seguridad de la Fuerza Naval Especial, de Infantería de Marina y un equipo médico capacitado para realizar intervenciones quirúrgicas a bordo.
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