Que la elaboración presupuestaria era la prueba de fuego de este nuevo gobierno era cosa sabida desde el inicio de su formación. Los augurios no eran buenos porque todo el mundo recuerda que el gobierno salido de la moción de censura - el primero presidido por Pedro Sánchez- tuvo que convocar elecciones cuando la cámara de los diputados rechazó -algo absolutamente excepcional- el primer proyecto de presupuestos de un gobierno que nació contra la condena por corrupción del PP. Eran los presupuestos para 2019 y no salieron ya que ERC y el PDeCAT votaron con el PP y Ciudadanos (con Rivera) la devolución de las cuentas públicas. Ahora nos hallamos ante los presupuestos de 2021. Montoro sigue triunfando -después de muerto- con los presupuestos de 2018. Es un escándalo a todas luces que esos presupuestos tengan siquiera la posibilidad de ser prorrogados aunque sea por unos meses.
En la sesión de febrero de 2019 - de rechazo presupuestario- uno de los mas sagaces oradores parlamentarios, Aitor Esteban, dio en el clavo: ”Qué tiempos en los que el debate de Presupuestos servía para profundas disquisiciones económicas”. Ahora no es el caso. La situación enquistada catalana, el futuro de los presos vascos, la cuantía del concierto vasco, la ayuda a los astilleros gallegos y si Canarias, Cantabria o Teruel salen beneficiados son más importantes que las añoradas “disquisiciones económicas”.
Hay que empezar aprobando el techo de gasto de las administraciones públicas y el nivel de déficit. Nada se ha hecho aún y el tiempo apremia porque el presupuesto debe presentarse “tres meses antes de la expiración de los del año anterior”, según el articulo 134 de la Constitución. A día de hoy no se conoce una sola cifra del presupuesto y debe andarse la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, con pies de plomo porque está muy reciente el innecesario rechazo del decreto de los “remanentes municipales”. Una retirada a tiempo hubiese sido una victoria.
Los vicepresidentes del Gobierno Carmen Calvo y Pablo Iglesias han establecido contactos con distintos grupos parlamentarios para desbloquear los presupuestos, sin saber aún si bascularán en exclusiva hacia el bloque de la investidura o será posible ampliarlos a Ciudadanos y exconvergentes catalanes. Para el gobierno todos son bienvenidos. “Es secundario con quién salgan los Presupuestos, el objetivo es sacarlos”, afirmó pragmáticamente Carmen Calvo.
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