En los últimos años hemos vivido una globalización excesiva de la gastronomía, hoy en día es más complicado tomarse unas buenas croquetas que un ceviche o un tataki, cocinas como la japonesa o mexicana cuentan por cientos los restaurantes en ciudades como Madrid o Barcelona, de hecho, ya cuentan con restaurantes con estrella Michelín en ellas como son Punto Mx o Kabuki. Personalmente soy especialmente crítico con esta globalización, ya que muchas veces preferimos un mal restaurante con una cocina exótica que una buena casa de comidas tradicional.
Aunque hay veces que hay que rendirse a la evidencia, Luke Restaurante es uno de esos espacios que te abren la mente, sabores distintos que te ayudan a percibir nuevos matices. El local situado en la Calle Barbara de Braganza, dispone de dos espacios, el primero de ellos es una barra donde Luke sirve ‘tapas coreanas’, marcada por la intensidad de los sabores, platos como el bao bun con kimchi y crujiente de ibéricos o su ssam de panceta ibérica son maravillas.
En la planta baja su restaurante gastronómico, con un menú degustación único a la antigua usanza, es decir todos los comensales citados a la misma hora para que el servicio del menú sea conjunto. Luke que vio claramente marcada su carrera por su estadía dentro de El Bulli, acaricia la alta cocina creativa en su menú, pases que juegan con los sabores coreanos, técnicas bullianas y producto nacional.
En el menú Luke cuenta su historia, la de un chico que con 24 años salió de su Corea natal donde llevaba desde su adolescencia trabajando como cocinero en el restaurante familiar para recorrer mundo y descubrir nuevos sabores. Este chico que se enamoró de la cocina española y que acampo en el Bulli hasta que Ferran no lo acogiese en su cocina te lleva por ese viaje pase a pase del menú, la combinación de una cultura tan respetuosa como la coreana con la creatividad surgida por su estadía en el restaurante catalán es pura magia y eso se refleja en todos los platos. Desde el mejor kimchi que he probado hasta una fina merluza o una txuleta de rubia gallega, pura fantasía.
Es uno de los restaurantes que más he recomendado en los últimos meses, tenemos suerte de tener un concepto así en España y estoy seguro que tiene un futuro muy prometedor, que se refrendara con un reconocimiento que ya ha empezado a llegarle.
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