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Zotal

El convoy de Lipasam expulsa el sofisticado producto Zotal XXI sobre el adoquinado de la Feria de Sevilla como punto y final a la semana de fiesta...

Publicado: 12/05/2019 ·
22:48
· Actualizado: 12/05/2019 · 22:48
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Autor

Jorge Molina

Jorge Molina es periodista, escritor y guionista. Dirige el programa de radio sobre fútbol y cultura Pase de Página

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Una mirada a la fuerza sarcástica sobre lo que cualquier día ofrece Sevilla en las calles, es decir, en su alma

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El convoy de Lipasam expulsa el sofisticado producto Zotal XXI sobre el adoquinado de la Feria de Sevilla como punto y final a la semana de fiesta. El olor mentolado de la química desinfectante genera un sensación agradable en la nariz de los beodos (pero que no se nos note) feriantes. Un estímulo quizás comparable al “olor de la victoria” que narraba el comandante Kurtz en 'Apocalypsis Now' cuando aspiraba el napalm.

Zotal XXI, sin embargo, no puede con todo en el ecosistema ferial. Ahí siguen, vivos y coleando, los miles de aspirantes a un contrato, a un mejor puesto de trabajo, a un amor, a una victoria electoral o, al menos, a quedarse como están, que han medrado en el recinto de Los Remedios en estado de efervescencia.

Volvamos a la rabiosa actualidad, otra vez electoral. Empieza la campaña de las municipales. Es curioso cómo, en nuestro inicio democrático, los tipos/as más extravagantes se hallaban entre los alcaldables. Hoy día, los extravagantes se presentan a presidente de Gobierno español. Tal mutación la dejo al análisis de los llamados expertos políticos, todo un oxímoron pues a la hora de la verdad verdadera no tienen respuestas, o las lanzan ya a posteriori, que es el momento en el que todos somos muy-muy expertos.

La campaña municipal en Sevillaland nos topa con candidatos de perfil estándar, incluso en general tirando a soso. Si acaso me achuchan sobre de quién esperar alguna excentricidad, me decanto por el candidato Pérez, quien se halla en estado de ebullición. Es un síntoma que genera una gran ternura, pues se trata del acné del aspirante primerizo, dispuesto a demostrar que es diferente a lo que parece, él o su partido. En el caso de Pérez, ambas cosas.

El trío Espadas-Pimentel-Serrano genera solvencia gestora, genealógica y personal, respectivamente. Juan ha demostrado lo que ya le conocíamos: es capaz de todo, incluido gobernar en aplastante minoría. Álvaro tiene un hermano con la eterna coletilla de “ministro que dimitió”, tan querida por la ciudadanía. Y Susana cuenta con su exclusiva credibilidad, ya que sufre el problemilla del variopinto grupo que la rodea, parecido a la gran nación sioux que reunía todas las tribus en las pelis de vaqueros.

La otra señora candidata, allí la ven, al fondo a la derecha, ha dejado escrito en su programa que quiere a Sevillaland “libre de okupas, manteros, gorrillas, prostitución y narcopisos”, quizás en este mismo orden.

Cuando ella enumera su listado de nuevo huele a Zotal en muchas calles y viviendas de Los Remedios.

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