Como la Selección Nacional de Futbol no da para hablar sino para llorar, de momento, pues toca hablar de política. Todo es reversible y el camino en alza del equipo español empezará cuando comience la clasificación para la Eurocopa-2020, que tendrá su final en el estadio de Wembley en Londres. Por si la recuperación tarda Pedro Sánchez ha propuesto hoy en Marruecos que España, Portugal y Marruecos presenten una candidatura conjunta para la organización de la Copa Mundial de Fútbol de 2030. La anterior ya está adjudicada a EE.UU., México y Canadá para 2026.
Como todo ello está muy lejano, la iniciativa que ha tenido ayer el ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, se ha llevado todos los titulares. ¿Y si el 26 de mayo ponemos una inmensa mesa electoral? Es decir, situar ese día que ya tiene aprobada la celebración de las Elecciones Europeas (1 urna), Locales (1 urna) y Autonómicas - en toda España, salvo Cataluña, País Vasco, Andalucía y Galicia – (1 urna) las de las Elecciones Generales (2 urnas). Cinco urnas en casi toda España. En Euskadi, por cierto, se votan tanto los ayuntamientos como las Juntas Generales que son los parlamentos forales de cada diputación de los tres territorios. Exigen, por tanto otra urna.
Parece un exceso de convocatorias conjuntas acumular tantas elecciones. Desde el punto de vista político significaría que el debate español se llevaría por delante todos los demás debates. No es en absoluto recomendable tapar el debate local, autonómico y europeo y no dar ocasión a que la ciudadanía pueda votar con conciencia clara qué está votando. Ni alcaldes, ni presidentes autonómicos son favorables a esta opción. Es verdad que se dice cómo en América se votan gobernadores, jueces, los referéndums que correspondan y los representantes a las cámaras legislativas… pero esto no es EE. UU., como se sabe, ni nuestra tradición es ésa. Entrar en los recuentos eternos que llevarán a las mesas a una acumulación de horas tampoco es baladí.
Más parece un globo sonda de aviso a los que no quieren apoyar los presupuestos del Estado que otra cosa. También hacer llegar a todos los partidos el recado –sabido desde luego- de que sólo el presidente del Gobierno tiene la capacidad de convocar las elecciones generales, como señala el artículo 115 de la Constitución. No habrá superdomingo.
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