Desde la Plataforma por el Nuevo Hospital han denunciado la situación actual del Hospital de la Serranía con el siguiente comunicado en su página web:
"De nuevo, como todos los años, se repite el mismo mantra una nota informativa,tipo publireportaje, acerca de las brillantes y acertadas medidas que desde la Consejería de Salud se toman ante los periodos de alta frecuentación en los centros sanitarios. La última de noviembre de 2017: «El Servicio Andaluz de Salud (SAS) activará a partir del 1 de diciembre, como viene haciendo todos los años, el Plan de Alta Frecuentación en sus centros sanitarios para abordar de manera coordinada los incrementos habituales de la demanda asistencial urgente durante los meses de invierno. Esta medida que establece las diferentes acciones en los centros para garantizar la respuesta más eficaz y de calidad a la población…».
Pues bien, ya estamos en las mismas de siempre,desde hace unas semanas el Nuevo Hospitalhabitualmente corto de plantilla, tal como ocurría en el Viejo Hospital, y a poco que ha aumentado la presión asistencial, se encuentra al borde del colapso. En realidad está siempre prácticamente colapsado, basta ver la listas de esperas.
La secuencia casi siempre es la misma, primero el Servicio de Urgencias, quesoporta a diario las deficiencias de la abandonada Atención Primaria y las largas listas de espera, usualmente carente de personal, especialmente médico; luego le toca a Medicina Interna, le sigue Radiodiagnóstico con la consiguiente demora en pruebas diagnósticas, que a su vez retrasan las altas y, como consecuencia de todo ello, los servicios quirúrgicos se quedan sin camas al ocuparlas los pacientes de Medicina Interna. En realidad, hay servicios quirúrgicos como es el caso de urología, que perpetuamente están bajo mínimos. Llevamos más de un año sin uno de los tres urólogos con los que debería contar el Área Sanitaria. Qué les vamos a contar a los pacientes que sufren, y esperan.
Así pues, una vez más, las urgencias atascadas (afortunadamente son amplias),tirando de médicos residentes (MIR) para cubrir la carencia de urgenciólogos, ya denunciada en esta página. Y tras esta trinchera, el internista en su soledad atendiendo numerosas llamadas y muchos pacientes repartidos por las diferentes plantas, incluida el área de urgencias; enfrentándose a sistemas informáticos en casi nada diseñados para facilitar el trabajo de los profesionales, y dar seguridad al paciente; y recorriendo grandes distancias, no es raro que ande unos 15 Km durante una guardia. Mala denominación la de guardias, pues los hechos las convierten en turnos de 24 horas. En fin, la perversión del lenguaje y más trabajo mal pagado que no cotiza a la Seguridad Social.
Y tras todo esto, el personal de enfermería, a pie de cama, qué duros han sido estos días de Navidad para ellas, sufriendo la presión asistencial, atendiendo numerosos enfermos, sometidas casi siempre a unos ratio pacientes/enfermeríamezquinamente interpretados a la baja.
Tal es la situación en el Nuevo Hospital que la Dirección de Área Sanitaria se han visto forzada a abrir la planta de hospitalización polivalente, aquella en la que estarían los pacientes de Medicina Interna durante estos periodos de alto encame para que «nunca hubiera un paciente de esta especialidad en plantas quirúrgicas».
Finalmente, los pacientes, ya saben el «ciudadano centro del sistema sanitario»,instalados en cómodas habitaciones y esperando horas a que, por ejemplo, puedan ser sentados en los sillones.
Definitivamente, la calidad de la asistencia sanitaria sigue deteriorándose, y no solo en Andalucía, donde elgasto sanitario por habitante es el más bajo de España, sino en el resto del estado español.
Los cantos de sirena de aquellos que nos venden una economía en franca recuperación chocan con la triste realidad: paro, sueldos y pensiones de miseria, gente sin casa, juventud sin futuro… elementos que determinan la salud de la población y ocasionan enfermedad. De estas situaciones, que las viven a diario, bien saben en Atención Primaria y Salud Mental.
Parémonos a pensar, si las previsiones para este año 2018 son de un límite de gasto del 5.8% en sanidad, si la financiación por el Estado de los servicios públicos continúa descendiendo, por mucho que nos digan en sus publireportajes es de necios creer que estos van a mejorar.
Definitivamente, si no les paramos los pies, nos encaminamos a una sanidad de varias velocidades, la de los ricos, la de los menos ricos, la de los menos pobres y la de los pobres".
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