La consejera de Hacienda y Administración Pública, María Jesús
Montero, ha alertado de los “falsos mitos” que se introducen en los
argumentos para “acallar cualquier contestación social ante el
desmantelamiento del Estado de bienestar” y que son fruto del discurso
conservador que domina la Unión Europea. A su juicio, las tendencias
neoliberales que consideran el modelo actual insostenible e inviable
económicamente y que propugan el adelgazamiento de los servicios
públicos, nacieron en los años 80 y con la crisis financiera se han
revitalizado, desembocando en una “crisis de valores y de moral”. Por ello,
ha reinvidicado el “valor de lo público” ante el incremento de la desigualdad
y el deterioro social que, a su vez, han provocado una “notable desafección
política” entre la ciudadanía.
Montero, que ha participado en Ronda en el curso de verano que
organiza la Universidad de Málaga sobre los 'Problemas actuales de la
democracia en España', ha rechazado los argumentos que pretenden hacer
creer que no se pueden permitir los actuales niveles de protección social
porque se corre el riesgo de que la economía quiebre si no se alcanza el
equilibrio presupuestario.
Del mismo modo, ha criticado que se traslade la idea de que en un
mundo globalizado la “única alternativa” es que la competitividad descanse
en bajos salarios y baja fiscalidad, y que no queda más remedio que realizar reformas estructurales del gasto público para adelgazar su peso y hacerlo sostenible. “No puedo aceptar estos argumentos”, ha manifestado, para defender que “el concepto de austeridad no es equivalente a recortar, sino a ahorrar mediante la racionalización y fiscalización de los recursos públicos”.
Bajo el título “La legitimación de lo público”, Montero ha desmontado
en su disertación algunos de los mitos “tan repetidos e inexactos” sobre el
Estado de bienestar, y que, entre otros, equiparan la actuación del sector
público como “gasto improductivo”, cuando realmente representan “una
inversión que favorece tanto a la justicia social como a la eficiencia
económica”. Otro mito falso, según ha expresado, sería considerar los
servicios públicos como ineficientes y despilfarradores. En este sentido, se
ha referido al caso de Holanda cuya reforma sanitaria de 2006 reemplazó el
esquema de seguridad social por un sistema obligatorio de seguros
privados que, no solo no permitió generar eficiencias, sino que ha elevado
los gastos de su sistema de salud hasta situarse como el segundo país del
mundo con mayor gasto en este ámbito, precedido tan solo por EE.UU.
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