El Ayuntamiento de Ronda ha dedicado el nombre de una calle al desaparecido deportista Pedro Gómez Ferrer, más conocido por Pedrín, quien siempre mantuvo una estrecha relación con el fútbol local.
El acto, que ha sido muy emotivo, se ha desarrollado esta tarde con la presencia de una amplia representación del equipo municipal de Gobierno y de familiares. Ha sido la primer teniente de alcalde, Isabel María Barriga, la encargada de descubrir la placa de la nueva calle, que está situada en el vial de acceso a la ciudad deportiva.
"Es de justicia el reconocer a este deportista, que siempre ha estado trabajando por el fútbol rondeño y por la ciudad que lo acogió", destacó la primer teniente de alcalde.
Pedrín nació en la Línea de la Concepción el 1 de febrero de 1925 y su afición y devoción, tal y como recordó Isabel María Barriga, fue siempre el fútbol. De hecho, con catorce años ya jugaba en el Club Deportivo Norte, que luego sería la Balompédica Linense. Jugó en el Málaga CF, equipo que lo cedió para varios partidos al Real Madrid. También fichó por el Sevilla y por el Ceuta. Fue en esta última ciudad donde conoció a su esposa y donde estudió delineación. Más tarde obtuvo el título de entrenador nacional de fútbol.
Trabajó como entrenador en Linares, Úbeda y finalmente en Ronda, ciudad que “le encantó y donde decidió echar sus raíces”, apuntó la edil. En esta localidad nacieron sus hijas y trabajó como funcionario.
Sus últimos años de vida deportiva los hizo como entrenador del Atlético Ronda, en las categorías de Regional y Juveniles. Cuando dejó de entrenar siguió como miembro de la junta directiva de este equipo.
Intentó renovar y actualizar este deporte presentando a la FIFA varias propuestas de reforma del Reglamento de Fútbol que quizás algún día se pongan en práctica.
Fue homenajeado por el CD Ronda, el Atlético de Ronda y por los jugadores veteranos de la ciudad, así como por el propio Ayuntamiento, que en 1891 le dedicó un recuerdo por su desinteresada labor hacia el deporte.
En 2001 la Federación Andaluza de Fútbol le impuso el escudo de oro en reconocimiento a sus muchos años de jugador y de entrenador.
Su familia, que agradeció que la Corporación le haya dedicado el nombre de una calle, quiso trasmitir que por encima de su dilatada vida deportiva, en su vida personal también destacó de forma considerable, siendo un marido, padre y un amigo de sus amigos ejemplar, "siendo por encima de todo una buena persona".
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