Este lunes 1 de julio comienza oficialmente el periodo de rebajas hasta el 31 de agosto, aunque son muchos los comercios que están anunciando descuentos y promociones especiales en sus escaparates desde hace varios días.
Pero antes de lanzarnos como locos a la caza de los llamativos descuentos que nos ofrece Internet, la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa de las Comarcas de Ronda y Campillos-Guadalteba, Apymer, recomienda darle una oportunidad al pequeño comercio “porque nos va a sorprender seguro”, apunta el secretario de la entidad, Antonio Palma.
Entre sus recomendaciones, el secretario de Apymer aconseja al consumidor “que compare, que levantemos la cabeza de las pantallas y la dirijamos a los escaparates, que entremos a ver qué nos ofrecen, porque seguro que nos van a sorprender. No todo lo que tiene una tienda está en los escaparates, ni los pequeños comercios tienen la oportunidad de estar constantemente en las redes sociales, porque tienen una estructura muy pequeña”.
En cuanto a la temporada de rebajas, Antonio Palma advierte que desde que se liberalizó, de manera que se pueden incluir ofertas y promociones antes del periodo oficial, el pequeño comercio tiene muy complicado competir con las grandes superficies y empresas internacionales, “que sí pueden estar en una continua rebaja”. Antes, durante el periodo de rebajas, las empresas aprovechaban para sacar el stock y darle entrada a la siguiente temporada. Ahora, explica el secretario de Apymer, “todo está mezclado, vemos en las mismas tiendas saldos, rebajas, nuevas temporadas...”. “El problema que vemos desde las asociaciones empresariales -apunta-, es que este modelo interesa únicamente a los grandes, a los pequeños no. Ellos no pueden estar en las rebajas continuas, no pueden montar grandes campañas para cambiar el precio de todos sus artículos para una semana. Están acostumbrados a como funcionaban antes las cosas, que había un periodo en que se vendía un producto de temporada con unos márgenes, que es lo que le da supervivencia al comercio, y en rebajas los márgenes son inexistentes, prácticamente se está muy cerca del precio por el que se adquirió”. “Los grandes sí pueden manejarlo de forma diferente, tienen más trabajadores, mucho poder de convicción, recursos suficientes para hacer grandes campañas publicitarias, pero el pequeño lo tiene mucho más complicado”, insiste Antonio Palma.
A su juicio, en ocasiones “se está confundiendo al consumidor, porque no sabemos si el precio que está viendo es bueno, si está rebajado de verdad, cuál era el precio inicial, ya que en rebajas estamos obligados a poner los precios iniciales y los finales, pero cuando no son rebajas no se tiene esa obligación”. De ahí que el consumidor acuda a las plataformas digitales para encontrar los productos a menor precio, lo que produce “cierto rechazo al negocio de toda la vida, sin valorar si de verdad el precio que está viendo es más barato”. “Lo que pedimos las asociaciones de comerciantes y empresarios es volver a un modelo que funcionaba correctamente y en el que todo el mundo estaba cómodo, cuando las rebajas estaban establecidas”, apunta.
Finalmente, asegura que el comercio “está muy tensionado, porque sigue teniendo muchísimos costes. Aunque el turismo sigue fuerte y sigue creciendo, los costes se han incrementado y siguen siendo muy altos en temas laborales. Unido a la energía y que que se ha reducido el consumo con la inflación, lo que han hecho los comercios para seguir abiertos es reducir los márgenes”, aunque “sigue habiendo cierta alegría en el consumo, gente en la calle que quiere consumir, pero tensionado por los gastos”.
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