El Ayuntamiento de Jubrique recupera, el próximo 26 de diciembre, el tradicional Concurso de Aguardiente, que alcanza ya su VIII edición.
Una actividad que cuenta con el apoyo de la Diputación Provincial de Málaga y que está declarada Fiesta de Singularidad Turística por la institución provincial.
De esta forma, serán 10 los vecinos, del municipio y de otros cercanos, los que participan en el concurso elaborando el aguardiente en la plaza del pueblo con sus propios alambiques, tal y como se hacía antaño y a la vista de todos.
Así lo ha dado a conocer el vicepresidente cuarto y diputado de Medio Ambiente, Turismo Interior y Cambio Climático,Cristóbal Ortega, junto al alcalde de Jubrique, Alberto Benítez.
Ortega ha felicitado al alcalde por recuperar esta fiesta que no se celebraba desde hace dos años y ha destacado la apuesta de Jubrique por mantener vivas sus tradiciones, ya que con esta celebración se pone en valor y se da a conocer esta bebida, que desde hace siglos se viene elaborando de manera artesanal por los vecinos haciendo uso de los alambiques.
Asimismo, ha querido agradecer la implicación de todas las personas que participan en el evento, como también se ha animado a visitar el municipio a los vecinos de la Serranía de Ronda y otras comarcas que quieran disfrutar de esta jornada festiva.
Las actividades comenzarán a las 12.00 horas de la mañana con las destilaciones de Aguardiente. A las 13.30 horas se iniciará una ruta por el pueblo acompañada de la Charanga ‘Los Solfamidos’.
Por la tarde tendrá lugar el pintacaras infantil a las 16.00 horas y la música volverá a ser la protagonista a las 16.30 horas con el grupo musical ‘Kalima’.
Habrá también una degustación de buñuelos y chocolate y aguardiente a las 17.30 horas, y seguidamente se podrá disfrutar de la zambomba andaluza de Ana Pastrana a las 19.00 horas.
Para cerrar este certamen tendrá lugar la entrega de premios a las 20.00 horas y la nota musical final volverá a ser de la mano de Kalima a las 20.30 horas.
Jubrique tiene una larga tradición en la elaboración de aguardiente. Su origen se remonta al siglo XVIII, cuando alrededor de las tres cuartas partes de los campos de la localidad eran viñedos. Se conoce que durante aquella época llegó a haber unos 70 alambiques repartidos entre el pueblo y sus alrededores. Desde aquel entonces el licor es reconocido por su calidad en muchos puntos de la geografía, hasta el punto de que para referirse al pueblo, los foráneos lo hacían como ‘Jubrique el del aguardiente’.
Con el paso de las décadas, la llegada de la filoxera y con el trabajo de elaboración y comercialización de este licor en manos de destilerías profesionales, la actividad se vio gravemente mermada
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