Quien a buen árbol se arrima...

'Yemas reventonas'

Ya es posible ver las yemas reventonas de muchos árboles y arbustos de hoja caduca. Son el primer síntoma que permite vislumbrar que está más cerca el inicio...

Publicado: 03/03/2021 ·
12:14
· Actualizado: 03/03/2021 · 12:14
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  • Yemas -
Autor

Manuel Ruiz

Manuel Ruiz es biólogo y ocupa el cargo de presidente de la Asociación Ecologista GEA de Jaén

Quien a buen árbol se arrima...

Cuaderno sobre la importancia de ser responsables medioambientalmente y otras cuestiones culturales y patrimoniales de Jaén

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Ya es posible ver las yemas reventonas de muchos árboles y arbustos de hoja caduca. Son el primer síntoma que permite vislumbrar que está más cerca el inicio de la primavera que el final del otoño. Ese botón de células que protagonizarán la brotación de la yema en flor, en hoja o en tallo, se vuelve turgente anticipando el resurgir de la vida tras el invierno.

Al pasear por nuestras calles y verlas en las ramas desnudas de los árboles, surge la evocación evidente de otras ideas, de otros resurgimientos. La naturaleza es la gran maestra, donde buscaban los sabios estoicos, y a través de la analogía pueden encontrarse correspondencias e intuirse procesos de similar desarrollo. La vista de yemas reventonas, que darán lugar a los primeros brotes verdes, evoca el fin de un tiempo y el inicio de otro, tal cual puede estar ocurriendo ya con la emergencia por el coronavirus que estamos viviendo desde hace un año menos dos semanas.

Teniendo en cuenta que lo mucho que aún se desconoce del covid-19 obliga a ser cautos con las afirmaciones, parece evidente que la inmunización del conjunto (¿tan difícil es expresarlo así en lugar de la inmunidad de rebaño, propia del ganado?) frente al virus gracias a la vacunación de la población, es un paso decisivo para recuperar cierta normalidad perdida. Ejemplo de ello es la mejoría experimentada en la situación de las residencias de ancianos.

Cuando un árbol se viste de nuevo con sus hojas y flores y sus ramas recrecidas nunca lo hace igual que la temporada anterior, especialmente si ha sufrido una poda (a veces salvaje) durante su aletargado invierno, pero siempre la vida acaba abriéndose camino tozudamente. Así, tirando del hilo de esta simple analogía, la normalidad que acabe estableciéndose no será la misma de antes de la pandemia, no puede serla porque se ha perdido mucho en este proceso: vidas, salud, empresas y trabajos, proyectos, sueños, oportunidades…

La vida en el árbol aprovecha imparable su nueva oportunidad; la propia morfología del tronco y las ramas habrá cambiado por las podas o las caídas en tormentas invernales, la primavera traerá una meteorología diferente, propicia o adversa y mil detalles del día a día serán distintos del año anterior. Pero vive, crece y florece.

Para nosotros, individual y colectivamente, será otra oportunidad más, cada cual con sus propias pérdidas a diferentes niveles, pero con nuevas posibilidades que deberemos descubrir. Habrá que reinventarse, rebuscar entre todas las vivencias que nos han fortalecido, entre los valores morales que hayamos descubierto o consolidado, entre toda la experiencia, despojada de dolor pero no de la memoria, y continuar con nuestra vida: nuevas hojas, nuevos tallos, nuevas flores.

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