Quien a buen árbol se arrima...

Kant, Canela y sus cariños

Uno de los carteles que aparecieron en las calles de Jaén el pasado Día Mundial de la Filosofía, ponía la siguiente frase de Kant: “Podemos juzgar el corazón...

Publicado: 21/01/2020 ·
23:36
· Actualizado: 21/01/2020 · 23:36
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Autor

Manuel Ruiz

Manuel Ruiz es biólogo y ocupa el cargo de presidente de la Asociación Ecologista GEA de Jaén

Quien a buen árbol se arrima...

Cuaderno sobre la importancia de ser responsables medioambientalmente y otras cuestiones culturales y patrimoniales de Jaén

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Uno de los carteles que aparecieron en las calles de Jaén el pasado Día Mundial de la Filosofía, ponía la siguiente frase de Kant: “Podemos juzgar el corazón de un hombre por su trato a los animales”. Quizás esa fracción de la sociedad que contempla con cierto desdén el mimo que muchas personas otorgan a sus perros y gatos, considere excesiva la afirmación que hizo el filósofo prusiano, pero creo que no lo es en absoluto, más bien al contrario, muy apropiada.

En vacaciones, cuando la familia se junta de nuevo (siempre estamos unidos) integramos a un nuevo componente, “Canela”, la perrita de la niña. Y es digno de observación y disfrute el comportamiento de la perra, sus cariños, su atención sempiterna hacia nosotros, sus incansables peticiones de juego, su actitud de absoluta confianza en nosotros. Cualquiera que tenga un perro en casa afirmará lo que digo: su ocio es mirarnos con devoción y su práctica permanente la lealtad, pocas manifestaciones de alegría son comparables a las que nos regala el can cuando llegamos a casa y cuando nadie hace caso de nada, siempre está la perrita pendiente de uno con absoluta fidelidad.

¿Quién puede maltratar a un ser de estas características? Pues eso, lo que dijo Kant. Estos rasgos del comportamiento animal que el ser humano interpreta como afecto, lealtad y fidelidad en estado puro no son exclusivas de los perros. Otros animales que han unido su destino evolutivo a nuestra especie (digo bien, ¿cuántas razas han surgido desde están juntos los seres humanos y perros, gatos o caballos?), también exhiben este comportamiento con expresiones diferentes y tal vez menos efusivas que los canes.

El vínculo entre animales domésticos (o la más entrañable expresión de mascotas) llega a ser tan intenso y personal que se producen manifestaciones de percepciones extrasensoriales: el perrito o la gatita presienten situaciones de sus dueños queridos cuando no hay conexión sensorial entre ambos. Hay investigadores que han recopilado multitud de casos de este tipo para los que la ciencia oficial no encuentra explicación y acaba mirando para otro lado con disimulo.

¡Cuánto deberíamos aprender de nuestros queridos perros! Siento con afecto la confianza y alegría con las que “Canela” nos obsequia en cada momento y no puedo dejar de reflexionar la necesidad que tenemos de imitar a nuestros queridos compañeros de ruta. Si, ya sé que lo suyo es comportamiento instintivo e inconsciente. Pero nosotros lo interpretamos como un conjunto de sentimientos muy bonitos, que son los que deberíamos promover cada cía. Es prioritario que prioricemos la lealtad al bien común, la consideración y el respeto por encima de tanta mezquindad que se instala entre nosotros.

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