Quien a buen árbol se arrima...

Árboles apadrinados

Hace algo más de dos años la asociación de voluntariado GEA elevó una propuesta al alcalde de Jaén consistente en que los vecinos y vecinas pudieran apadrinar..

Publicado: 02/10/2018 ·
23:47
· Actualizado: 02/10/2018 · 23:47
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Autor

Manuel Ruiz

Manuel Ruiz es biólogo y ocupa el cargo de presidente de la Asociación Ecologista GEA de Jaén

Quien a buen árbol se arrima...

Cuaderno sobre la importancia de ser responsables medioambientalmente y otras cuestiones culturales y patrimoniales de Jaén

VISITAR BLOG

Hace algo más de dos años la asociación de voluntariado GEA elevó una propuesta al alcalde de Jaén consistente en que los vecinos y vecinas pudieran apadrinar árboles de la ciudad. La idea sigue siendo válida.

Jaén necesita vegetación, necesita árboles, muchos más árboles en su entorno urbano; árboles que dulcifiquen el clima, que purifiquen el aire que respiramos, uno de los de peor calidad de las capitales españolas; árboles que embellezcan las calles y plazas, ocultando el asfalto y el hormigón impreso; árboles que alberguen una mayor diversidad biológica.

Jaén tiene muchos cientos de alcorques vacíos en las aceras, espacios destinados a la plantación de árboles, que ya cuentan con la adaptación oportuna del cableado soterrado.

Jaén tiene un gran déficit en educación y sensibilidad ambiental. No hay un plan municipal de formación en valores y modos de vida más acordes con la naturaleza, en el que las tres administraciones (Ayuntamiento, Diputación y Junta) tienen posibilidad de trabajar juntas.

La propuesta que se hizo en su momento es bien sencilla: que los servicios municipales planten árboles de las especies apropiadas en todos los alcorques vacíos con la colaboración de la ciudadanía, a través de las asociaciones vecinales.

En un ambiente festivo, los especialistas municipales dirigirían las operaciones de plantado: cómo hacer el agujero, cómo poner el árbol, cómo colocar el tutor, cómo acondicionar la tierra. Y las familias ayudarían en todo este proceso, colaborando voluntariamente en esta mejora directa de sus calles, del barrio donde viven, con la posibilidad de que pudiesen apadrinar los árboles, de tal manera que quedase constancia de que esos naranjos, olmos o almeces se han plantado gracias a los vecinos de esa calle, o de la familia tal.

El beneficio es evidente: aumentan significativamente el número de árboles en la ciudad con todos los beneficios descritos, y al implicar a los vecinos y vecinas, se crea un vínculo afectivo entre “esos” árboles y los ciudadanos de esa calle, vínculo que puede transformarse en respeto y mayor sensibilidad hacia la naturaleza en la ciudad. Imagínense el poder pedagógico de esta acción para los más jóvenes, cómo ayudaría a implantar una idea fundamental en cualquier sociedad: que lo colectivo, lo comunal, es patrimonio y responsabilidad de todos.

Nos acercamos a la época más propicia para plantar. Aún estamos a tiempo. Vamos a pedir todos que se lleve a cabo.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN